Escucha la voz de tu conciencia
“Jehová, pues llamó por tercera vez a Samuel. Y él se levantó, vino ante Elí, y le dijo: –Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven, y le dijo: –Ve y acuéstate; y si te llama, di: “Habla que tu siervo escucha”” (1 Samuel 3:8,9)
Aunque Samuel desde muy pequeño fue dedicado al servicio de Jehová, el llamamiento de Jehová que aquí se relata es para que sea el portavoz de la palabra de Dios. Samuel cumplió con este llamamiento a cabalidad.
En un discurso del profeta Samuel al pueblo, éste les aconseja: “Si teméis a Jehová y lo servís, si escucháis su voz y no sois rebeldes a la palabra de Jehová, si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros servís a Jehová, vuestro Dios, haréis bien. Pero si no escucháis la voz de Jehová, si os rebeláis contra sus mandatos, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo contra vuestros padres.” (1 Samuel 12:14-15)
¿A cuántos de nosotros no nos ha hablado Dios a través de nuestras propia consciencia? Y ¿cuántas veces no hemos seguido la voz de nuestra buena conciencia por considerarla absurda y falta de toda lógica razonable según los estándares del mundo?
Pensar en seguir las instrucciones de la voz de nuestra conciencia nos da miedo, nos parece muy arriesgado, inseguro. Muchas veces no tenemos el deseo, ni la disposición y mucho menos tenemos la valentía y la fe que se requieren.
Pero escrito está “pues muchos son llamados y pocos escogidos” (Mateo 22:14). Todos ustedes que hoy me escuchan han recibido un llamado por medio de la voz de sus propias conciencias.
Podrías decir: –“Yo no he recibido ningún llamado”. Tal vez no lo hayas escuchado, por haber estado envuelto en las actividades externas de tu existencia. Pero puede estar seguro que el llamado se te ha revelado, ya sea por medio del silbo suave y apacible o por medio de sueños o por medio de personas, o por conducto del recurso que Dios haya dispuesto para ti.
Hay una historia que relata Charles Fillmore en cuanto a esto y es que estando en Kansas City el negocio de bienes raíces al que él se dedicaba se fue al suelo. Su condición financiera se encontraba en aprietos y estaban fuertemente endeudados.
Ellos entonces consideraron volver a Colorado por diversas razones dentro de las cuales se encontraba el hecho de que las montañas de Colorado proveían un clima mejor para mejorar la condición de salud que tenía Myrtle. Los doctores le habían dicho a ella que si continuaba en Kansas City probablemente no viviría por mucho tiempo.
La historia relata, que Colorado también les ofrecía mejores condiciones de negocios para los Fillmore entre las cuales figuran el hecho de que ellos tenían muchos amigos y excelentes contactos comerciales allá. Sería para ellos muy fácil restablecerse financieramente.
Sin embargo, a pesar de todas estas buenas razones, permanecieron en Kansas City debido a una experiencia inusual y extraordinaria de Charles: “Tuve un sueño extraño” –relata Charles. “Una voz invisible dijo: “Sígueme”. Fui guiado arriba y abajo por las empinadas calles de Kansas City llamando mi atención a lugares con los cuales estaba familiarizado. La Presencia se detuvo y dijo: “Recordarás que hace algunos años tuviste un sueño en el que se te mostró esta ciudad y se te dijo que tenías un trabajo que hacer aquí. Ahora te recuerdo ese sueño y, además, te informo que el poder invisible que te ubicó aquí continuará acompañándote y ayudándote en el trabajo asignado.” Cuando desperté, recordé haber tenido ese sueño y haberlo olvidado.”
Charles pudo haber ignorado nuevamente este llamado y pudo haber continuado con sus planes de irse a Colorado buscando fortuna.
Tal vez muchos de los aquí presentes hubiésemos cuestionado el mensaje dado en el sueño alegando “que uno por su mejoría hasta su casa dejaría”.
Pero Charles fue obediente al llamado y permaneció en Kansas City para comenzar con el trabajo asignado. El trabajo que Dios tuvo para Charles y Myrtle fue mucho más grande de lo que ellos pudieron humanamente haber anticipado.
Ellos comenzaron un nuevo movimiento espiritual, una nueva filosofía de vida y también una revolución en el pensamiento metafísico de su época que ha permanecido activo por más de 100 años, transformando innumerables vidas.
Y así como Jacob hizo un pacto con Dios diciendo: "«Si va Dios conmigo y me guarda en este viaje…, si me da pan para comer y vestido para vestir y si vuelvo en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios… y de todo lo que me des, el diezmo apartaré para ti»"; (Génesis 28:20-22) Charles y Myrtle Fillmore hicieron un convenio con Dios en obediencia al llamado de la voz.
En 1892 Charles y Myrtle Fillmore compartieron una “Dedicación y Convenio” que expresa hermosamente la conciencia con la que crearon el Movimiento Unity.
DEDICACION Y COVENIO
“Nosotros, Charles Fillmore y Myrtle Fillmore, marido y mujer, por la presente nos dedicamos, y dedicamos nuestro tiempo, nuestro dinero, todo lo que tenemos y todo lo que esperamos tener, al Espíritu de Verdad, y a través de Él, a la Sociedad de Silent Unity.
Se entiende y se acuerda que dicho Espíritu de Verdad nos dará el equivalente por esta dedicación, en paz mental, salud, sabiduría, discernimiento, amor, vida, y provisión abundante para satisfacer nuestras necesidades sin hacer de éstas el objeto de nuestra existencia.
En presencia de la Mente Consciente de Cristo Jesús, este 7mo día de Diciembre, 1892 A. D.”
Charles Fillmore
Myrtle Fillmore
Esta fue la conciencia y dedicación que expresaron los cofundadores de este movimiento al Espíritu de Verdad.
Víctor Hugo dijo: “La conciencia es la presencia de Dios en el hombre.” Por eso el significado de “escucha la voz de tu conciencia” significa escucha la voz de la presencia de Dios que vive en ti.
En la clase del pasado jueves conversábamos acerca de la voz de Dios, del silbo suave y apacible. Y una de las preguntas que surgió fue, ¿cómo saber si la voz que escucho es la voz de Dios?
Aunque pienso que cada cual debe buscar la respuesta a esta pregunta en su propio interior, te voy a decir lo que pienso al respecto. La voz de Dios no es la voz de tu ego. No te va a decir algo para beneficiarte a ti a costa del bienestar de los demás.
La voz de Dios busca hacer el bien siempre. Busca tu propio bien así como el bien de los demás. La voz de Dios te asombrará por Su sabiduría, sabiduría que sobrepasará fácilmente tu propia sabiduría personal. La voz de Dios es clara y audible cuando usas tus oídos espirituales.
Es una voz que aunque viene desde el centro de tu ser, sabes que no es tu propia persona que habla, es ese Algo que es bueno y noble.
Charles Fillmore dice que en el lenguaje de Dios, las ideas en su pureza original, son el vehículo de la comunicación. (JS p. 33) Por esto Dios se comunica a través de ideas que pone en tu mente.
En la parte frontal del cerebro se encuentra la pantalla de la mente o la imaginación. Dios proyecta Sus imágenes en esta pantalla, estas son las llamadas visiones.
Cada cual debe hacer su trabajo y buscar establecer esa comunicación personal con el Dios de su propio ser. Esta es nuestra responsabilidad individual.
Jesús dijo: “Las palabras que yo hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre, que vive en mí, él hace las obras.” (Juan 14:10)
Dios te ha creado para que hagas la diferencia en el mundo, para que escuches Su voz y sigas Sus instrucciones.
Jesús habló las palabras que escuchó de Su Padre celestial, e hizo la gran diferencia en este mundo al punto de que se habla de un antes y un después de Cristo. Tú y yo estamos llamados a hacer lo mismo.
¿Por qué contentarnos con vivir una vida por debajo de nuestras posibilidades cuando en realidad sentimos el anhelo de volar? ¿No es acaso Dios en nosotros el que produce el querer y el hacer por Su buena voluntad?
A veces pensamos que para hacer la diferencia en el mundo tenemos que ser seres súper-especiales. Si eres uno de los que piensan así, tengo noticias para ti.
Tú, sí tú mismo, ahí mismo sentado donde estás eres un ser súper-especial porque has sido creado por el mismo Autor que creó a Jesús, Jacob, Cristóbal Colón, George Washington, Charles Fillmore, Winston Churchill, Mahatma Gandhi y muchos más.
Tal vez la diferencia está en que estos, sí escucharon la voz de su propia conciencia diciéndoles “sigue adelante” y fueron obedientes a esa voz.
Entonces, si has estado ignorando la voz de tu conciencia ya es hora de que cambies tu actitud hacia Dios; para que no sigas pensando una cosa y haciendo otra.
Déjate guiar por la voz de tu propia conciencia, sigue con fe y entusiasmo realizando en ti mismo la unión perfecta con tu Cristo morador. Esto requiere que balancees tu vida exterior con más vida interior, yendo al Silencio más a menudo para escuchar la voz de Dios resonando en tu conciencia.
Si haces esto, entonces harás la diferencia en este mundo, y no solo eso, serás la diferencia que este mundo tanto necesita. ¡Dios te bendice!,
¡Amén!