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De Oruga a Mariposa

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Allí se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.” (Mateo 17: 1-2)


El título de este mensaje, de oruga a mariposa, presenta el cambio que tienen este insecto lepidóptero desde que nace hasta que llega a la adultez. Primero, huevo, luego larva (Oruga), se forma la crisálida o el capullo que encierra a la oruga y de ahí surge la mariposa.


Hay tres cambios importantes: un embrión dentro del huevo, que al romperse el cascaron se ha convertido en oruga. Cuando la oruga completa su crecimiento, busca entonces un lugar para transformarse; allí teje su capullo, que sujeta cuidadosamente a alguna rama. Ahí permanece en un estado de quietud hasta que finalmente se transforma en una bella mariposa.


Aunque estos cambios son fundamentalmente anatómicos también le acompañan cambios en la alimentación y cambios en el entorno. Por ejemplo, cuando es oruga, se alimenta de las hojas y cuando es mariposa del néctar de las flores.


Pero como he dicho, también hay cambios en el entorno; cuando es oruga su medioambiente es la tierra, las ramas de los árboles. La fuerza de fricción le permite a la oruga moverse de un lugar a través de una superficie, mientras que la fuerza de gravedad la mantiene pegada por decirlo así, a la superficie.


Como mariposa el aire es el medio por donde se transporta de un lugar a otro; y puede moverse a través del aire porque tiene alas con la capacidad de levantarse e impulsarse. Tiene la capacidad de crear elevación y desafiar la fuerza de gravedad. La mariposa está sujeta a leyes aerodinámicas.


El ser humano evoluciona continuamente desde que nace hasta que muere pasando por distintas etapas. Primero prenatal, infancia, niñez, adolescencia, juventud, adultez, ancianidad. Nuestras capacidades físicas van desarrollándose pero eventualmente decaen. Este es el ciclo de la vida.


Pero esto no se queda ahí, hay diferentes etapas en nuestro desarrollo cognoscitivo o sea en nuestra capacidad para conocer o reconocer. Esto envuelve el desarrollo de nuestra capacidad de atender, memorizar, percibir, recordar y pensar. Es lo que llamamos el desarrollo de nuestro intelecto.


Y de alguna manera que tal vez no conozcamos totalmente nuestro desarrollo cognitivo tiene también su ciclo de vida.


Como podemos ver tanto nuestro desarrollo anatómico como cognitivo a la larga terminan deteriorándose y decayendo.


Este comportamiento concuerda con la visión mecanicista del universo y de la vida misma; en donde se concibe al universo al igual que al cuerpo como una máquina que con el paso del tiempo comienza a deteriorarse, a gastarse y a desorganizarse. Esto se conoce como entropía.


Butterworth dice: “En un sentido simbólico, caemos personalmente en un estado de conciencia entrópico cuando sincronizamos nuestros pensamientos con el pensar negativo del mundo.”


Hablemos ahora de las etapas que pasamos en nuestro desenvolvimiento espiritual.


Algunos sicólogos plantean que cuando venimos al mundo somos como una pizarra en blanco. Y por medio de nuestras interacciones sociales con nuestros padres obtenemos las herramientas necesarias para adaptarnos sin ningún problema a nuestro medio ambiente desarrollando a su vez todas nuestras capacidades cognitivas.


Por medio de la educación académica obtenemos conocimiento acerca de los campos del saber humano y del mundo en que vivimos, y por medio de la educación espiritual descubrimos y conocemos nuestra naturaleza divina. En nuestro desenvolvimiento espiritual pasamos por varias etapas de desarrollo.


Como niños se nos enseña que hay un Dios que es Padre de todos. Le llamamos Papa Dios. Tenemos que portarnos bien porque Él está observando todo lo que hacemos, y si nos portamos mal nos va a castigar. Este es el Dios de nuestra infancia y niñez. Esa fue mi niñez.


Los adolescentes y jóvenes aunque han internalizado esta concepción de Dios, su centro de interés son las redes sociales, navegar por internet, chatear, etc. Aquí surgen todo tipo de problemas relacionados con nuestra identidad personal, problemas emocionales, problemas de autoestima, y otros. En mi tiempo yo era lo que estaba estudiando. Yo me identificaba con mis estudios, pero cada cual busca identificarse con algo externo.


Muchos llegan a la adultez arrastrando problemas no resueltos de la adolescencia y de la juventud. La vida toma un giro que no pudimos prever y surge un descontento, a veces hasta un vacío existencial. ¿Quién soy? ¿A qué yo vine a este mundo? Me siento solo. No encuentro satisfacción en mi vida.


Es en momentos como estos en donde algo dentro de nosotros nos hace recordar que existe un Dios y un anhelo interior nos conduce establecer una relación con Dios.


Entonces entramos a formar parte de una religión o de un movimiento espiritual. Así como la mariposa, hemos roto el cascarón de la separación en conciencia de Dios y hemos comenzado a movernos como orugas en el camino de nuestro desenvolvimiento espiritual.


Dependiendo del tipo de educación espiritual que recibas será tu desenvolvimiento espiritual, a menos que decidas por ti mismo buscar tu propia verdad por medio de la oración, la meditación y el silencio.


Entonces tu intelecto se va iluminando con el conocimiento de las Verdades y leyes Universales. Creencias tradicionales, de la conciencia de la raza acerca de la vida y de este Universo se van transformando, o echándose a un lado.


La visión tradicional del Universo y la vida como algo sujeto al deterioro y desgaste van desapareciendo a medida que te vas dando cuenta de que lo opuesto es la verdad, y es que “las formas y el Universo tienden a alcanzar niveles superiores de organización, orden y armonía dinámica; como consecuencia de lo que llamamos un "impulso innato en la materia viviente para perfeccionarse a sí misma." Esto es iluminación intelectual.


Juan el Bautista representa el intelecto iluminado y su bautismo es de agua. Este es el primer paso hacia la comprensión de la Verdad. Aquí se borran estados negativos de la mente, se abandona toda vieja creencia, actitudes y modos de vida. Nuestra manera de vivir y de pensar cambia.


Esto está representado por Jesús cuando fue al Jordán y fue bautizado por Juan, sumergiéndose en las aguas del río.


A medida que vas permitiendo que Dios te amolde, “caminarás y trabajarás en un estado de conciencia en el cual todas las cosas realmente trabajarán para bien” porque no las vez como aparentan ser sino que las ves correctamente, como el bien de Dios en proceso de manifestación.


Henry Thoreau suele resumirlo todo en esta cita de su obra clásica Walden: “Si uno avanza confiadamente en la dirección de sus sueños,… dejará atrás algunas cosas, pasará una frontera invisible; nueva, universal y leyes más liberales comenzarán a establecerse dentro y alrededor de él; o viejas leyes serán expandidas e interpretadas a su favor en un sentido más liberal, y con derecho a vivir una existencia de orden superior.”


La meta es alcanzar nuestra iluminación, esto es, convertirnos en mariposa.


“Pero el día del Señor llegará como ladrón en la noche” (2 Pedro 3:10) esto es en el momento que menos lo esperamos y recibiremos el bautismo espiritual.


Jesús recibió Su bautismo espiritual inmediatamente después que se levantó de las aguas del Jordán, cuando “en ese momento los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.” (Mateo 3:16)


Cuando tú y yo recibamos el bautismo del Espíritu Santo sentiremos un avivamiento en el centro de nuestro ser como fuego purificando y elevando nuestra alma y nuestro cuerpo a un grado más alto de pureza.


Nuestro cuerpo será regenerado y así como Jesús se transfigurará resplandeciendo nuestro rostro como el sol y nuestros vestidos blancos como la luz.


El cuerpo de Cristo que permanece oculto saldrá a la luz y nuestro cuerpo brillará con una textura más refinada. Nos habremos apropiado del don más valioso de Dios, ‘Cristo en nosotros.’


Y como dice Pablo: “pues es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y que esto mortal se vista de inmortalidad.” (1 Corintios 15:53)


A Jesús le fue dado un cuerpo regenerado cuando recibió su bautismo espiritual. Por esta razón el pudo transfigurarse en presencia de Sus discípulos para entrar en la cuarta dimensión conscientemente y conversar con Moisés y Elías. “Y se les aparecieron Moisés y Elías que hablaban con él.” (Mateo 17:3)


Tú y yo podemos convertirnos de oruga a mariposa desenvolviendo progresivamente nuestro potencial espiritual y alcanzando la iluminación, la luz de nuestro Cristo morador, que es ese estado de conciencia que resulta del bautismo del Espíritu Santo. (LPR p. 114)


Afirma diariamente: “El resplandor de Cristo ilumina mi mente, y todo mi ser se ilumina con la Verdad.”


Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.


Meditemos…


Amén.


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