Gracias Dios por ser lo que soy
“A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza…” (Daniel 2:23)
Esta cita bíblica que acabamos de usar pone de relieve algunos de los atributos y las capacidades que Dios le ha dado al ser humano. Daniel le da gracias a Dios porque le ha dado sabiduría y fuerza; y este reconocimiento viene acompañado por un sentimiento de gratitud expresado por Daniel.
Y quiero detenerme en este punto para hablarles acerca de esto. Piensa por un momento: ¿cómo sería tu vida si no pudieras experimentar el sentimiento de gratitud? Piensa que serías tú si no te hubiese sido dada la capacidad de sentir y de expresar gratitud.
Cuando sentimos y expresamos gratitud nos sentimos bien con nosotros mismos, nos sentimos felices.
Sin embargo en todas partes encontramos a personas ingratas que no reconocen el valor y la importancia que tiene sentir y expresar gratitud.
Estas personas viven en una especie de infierno; tristes, llenos de frustraciones y rencores. Son incapaces de reconocer valor en lo que les rodea. Y lamentablemente tampoco encuentran valor en ellos mismos. Y esto trae consecuencias, porque personas así no pueden tener una buena imagen de sí mismos.
Todo esto puede cambiar si logramos cambiar nuestras actitudes y nuestro enfoque general de la vida y en particular acerca de nosotros mismos. Y lo primero que tenemos que saber es que si en algún momento sentimos que estamos pasando por experiencias tristes, que estamos literalmente en un infierno saber que esto es para nuestro bien.
Y que el fuego del infierno es un fuego purificador que está desintegrando todas las capas de escoria que se han acumulado alrededor de nuestra alma a lo largo de nuestras vidas, liberándonos del cautiverio en que nos hemos mantenido.
Sí, queridos amigos, cuando las cosas se nos ponen difíciles, es porque hay lecciones que tenemos que aprender. Entonces, podemos dar gracias a Dios porque al igual que Daniel, a ti y a mí, Dios nos ha dado entendimiento y fortaleza para superar estas condiciones y transformarnos en mejores personas. Y el primer paso significativo que podemos dar en la dirección correcta es comenzar a afirmar: Gracias Dios por ser lo que soy.
En espíritu y en verdad lo que eres no es humano, es divino. Y cuando usas tu sabiduría reconoces que tu esencia es Dios individualizado en ti mismo actuando como tú mismo; y este nuevo conocimiento acerca de tu propia identidad y naturaleza debe cambiar tu vida completamente.
Todos tenemos situaciones en nuestras vidas, pero en lugar de verlas como una maldición cayendo sobre ti, míralas con sabiduría y entendimiento, sabiendo que son oportunidades de aprendizaje muy necesarias para tu desenvolvimiento espiritual.
En medio de tales condiciones puedes afirmar: Gracias Dios por ser lo que soy.
El sentimiento de gratitud es algo que es parte de lo que somos porque todos y cada uno de nosotros podemos expresar gratitud y así sentir el bienestar espiritual que eso nos ofrece. Al menos así lo siento yo.
Jesús expresó ese mismo sentimiento antes de llevar a cabo sus grandes demostraciones; por ejemplo antes de resucitar a Lázaro y antes de alimentar a la multitud. Tener una actitud de gratitud es ver lo bueno y apreciarlo en nuestras vidas; por el contrario tener una actitud de ingratitud es mantener el enfoque en lo negativo en lo que nos hace daño.
Algo importante que debemos saber es que el ser humano está desenvolviendo las cualidades de Dios en su propia vida. Dios es mente y Dios es el Bien absoluto.
Una actitud de gratitud hacia la vida nos ayuda a ver el bien en todas partes y como Dios es el Bien absoluto nos ayuda entonces a ver a Dios y a Su divina actividad obrando en todas partes.
Detente por un momento y piensa esto que acabo de decirte. Muchos hombres exitosos alaban y dan gracias por las personas que tienen a su alrededor, y destacan las cualidades maravillosas y el potencial que estas personas poseen.
Y esto me trae a nuestra comunidad espiritual. Yo le doy gracias a Dios por lo que somos. Nosotros somos una comunidad espiritualmente dinámica, buscamos progresar espiritualmente cada día más, estamos cada día más conscientes de la Presencia de Dios en nuestras vidas. Sencillamente estamos cambiando.
Cada día estamos reconociendo más la plenitud de la divinidad que vive corporalmente dentro de nosotros. Y estamos cambiando porque sabemos que tenemos muchos prejuicios muchas actitudes que nos limitan y nos detiene en nuestro progreso espiritual.
Muchos sabemos por qué estamos detenidos y sabemos que podemos salir de ese callejón sin salida y todo esto espera una decisión de parte nuestra.
Pero lo más importante es saber que en medio de esto podemos dar gracias por lo que somos. Sabemos que en medio de la oscuridad la luz del Cristo en cada uno de nosotros brilla y que ese esplendor aprisionado puede liberarse cuando lo decidamos, sabemos que es nuestra esa decisión.
Cuando nos reunimos y compartimos estas enseñanzas y estas experiencias todos nos beneficiamos todos crecemos en consciencia.
Hay muchas cosas que damos por sentado y por tal razón no nos damos cuenta que son bendiciones en nuestras vidas por las cuales debemos dar gracias a Dios. Y lamentablemente la ingratitud comienza por ahí y debe ser detenida a toda costa.
Comienza a preciar a tus seres queridos, en lugar de estar criticándolos y condenándolos comienza a verlos como lo que realmente son, hijos de Dios acompañándote en esta aventura y en este viaje que se llama vida. Aprecia y valora lo bueno que hay en cada uno de ellos.
Olvídate de sus errores y piensa que son las dificultades que todos encontramos cuando buscamos levantarnos a la norma de Cristo. Lecciones que todavía tenemos que aprender. Puedes dar una sugerencia pero no puedes convertir tu relación en una cantaleta diaria.
Porque si lo haces estarás creando tu propio infierno y ahí lo único que puedes agradecer, si es que logras entenderlo, es la enseñanza de que la cantaleta y condenación lo que traen es sufrimiento y amargura y que esta experiencia desagradable te está dando una gran lección y es que la condenación trae consigo su propio castigo y sufrimiento.
Deja de condenar y comienza a apreciar lo que tienes. Deja de maldecir y comienza a bendecir. Comienza a bendecir y comenzarás a recibir. Y da gracias a medida que recibes.
Por experiencia propia te puedo decir que hay condiciones de enfermedad o limitación que vienen a nuestras vidas para despertar esa consciencia de gratitud y apreciación de nuestro cuerpo templo y por lo que somos.
Hay muchas personas que no están conformes con lo que son y menos con su propio cuerpo. Piensen por ejemplo es las personas que se someten a cirugía estética sencillamente porque no le gusta su nariz, o sus labios, o lo que sea. Claro está, existen casos en que por recomendación médica hay que realizar ese tipo de cirugía. Pero siempre la decisión es tuya.
Ahora bien, si no te gusta alguna parte de tu cuerpo, lo más probable es que tampoco te guste alguna parte de tu alma. Si puedes entender esto comienza a dar gracias por lo bueno que hay en ti.
Busca y revisa tus acciones pasadas de las cuales te has sentido orgulloso, identifica las bendiciones que has recibido, y las personas que te han ayudado de alguna forma u otra a llegar a ser lo que eres hoy día y da gracias por eso.
Comienza a ver lo mejor en ti y afirma: Gracias Dios por ser lo que soy. Inmediatamente vas a recibir una infusión de ideas divinas acerca de lo que realmente eres. Y por esto también da gracias.
Volviendo nuevamente al tema de nuestra comunidad espiritual, le doy gracias a Dios porque cada uno de ustedes son seres maravillosos y muy especiales, tanto es así que son únicos e irrepetibles, nadie es igual a ustedes, y cada uno de ustedes aporta a nuestra comunidad algo muy especial y singular.
Mis oración a Dios por ustedes es que sean felices y saludables y que prosperen en todas las fases de sus vidas; que reconozcan el propósito divino que los trajo a este planeta y que sepan que rendirse a la voluntad de Dios es lo mejor que podemos hacer por nuestro propio bienestar espiritual.
Y como dice la canción, “ha sido un largo viaje pero al fin llegué.” Sí, querido amigo, has llegado a nuestra comunidad espiritual para ser la bendición que eres y para que tu luz brille e ilumine a todos aquellos con quien haces contacto.
Por esto y por mucho más, puedes decir y afirmar: gracias Dios por ser lo que soy.
Dios les bendice porque sabiendo estas cosas las hacen. Amén.