¿Cuántas Veces Debemos Dar las Gracias?
“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: —Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: —No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21,22)
Así como el Maestro nos enseñó que debemos perdonar setenta veces siete así mismo debemos dar gracias setenta veces siete.
Te podrías estar preguntando: ¿“por qué así”?, ¿es que existe alguna relación entre el perdón y la acción de gracias?
Yo pienso que sí. Cuando perdonamos, especialmente cuando nos perdonamos a nosotros mismos, abrimos los canales por medio de los cuales la gracia de Dios fluye en nuestra consciencia, en nuestro cuerpo, en nuestro entorno y circunstancias.
Cuando verdaderamente perdonamos soltamos y dejamos ir una pesada carga emocional, en ocasiones acompañada de nuestras lágrimas. Muchas veces hay envuelto sufrimiento que ha encontrado morada en nosotros y que se destapa en este proceso liberador del perdón.
El perdón es como la negación que nos ayuda a borrar estados de consciencia erróneos. Uno de ellos podría ser la idea o la creencia de que si mantengo mis pensamientos de venganza hacia tal o cual persona podré algún día vengarme y sentirme feliz por ello.”
Perdonándonos a nosotros mismos borramos estos estado erróneos de consciencia y nos liberamos de cadenas emocionales.
Y cuando damos gracias afirmamos el bien y la buena voluntad en nuestra consciencia.
El perdón es el champú de la mente, y amor y la acción de gracias el acondicionador. Entonces así como procuramos bañarnos diariamente para mantener nuestro cuerpo limpio y saludable debemos perdonar, amar y dar gracias todos los días para mantener nuestra mente limpia y saludable también. La higiene y la salud van de la mano en todas las fases de nuestra vida.
El perdón nos ayuda a trascender cualquier condición de limitación y nos permite ver cualquier situación desde una perspectiva más alta abriendo así el camino para entrar en un estado de gratitud.
“Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.” (Isaías 55:7)
Hay condiciones mentales y emocionales en nuestra naturaleza humana que sabemos que son nocivas y que aunque tratamos de deshacernos de ellas, no podemos. Para muchos, el deseo de ciertos placeres carnales como la lujuria, la adicción a las drogas y otros, son tan fuertes que dominan la voluntad humana. En casos como estos podemos pedir la ayuda de Dios, buscar perdonarnos y dar gracias.
La indicación del profeta Isaías es clara; suelta toda esa mala conducta y todo tipo de pensamiento nocivo, y vuélvete a Jehová el cual tendrá misericordia de ti y te perdonará.
Pero recuerden que todo saneamiento y purificación es un proceso que debemos tratar diariamente como cualquier otro tratamiento médico , no por siete o diez días, sino por el tiempo que sea necesario para lograr sanación y purificación integral, ¿cuánto tiempo? Setenta veces siete.
Cuando damos gracias espiritualmente con alegre expectación la manifestación del bien de Dios en nuestra vida y asuntos no se hace esperar. Y Dios nunca falla.
Decíamos en mi mensaje anterior que una de las virtudes que podemos expresar por medio del hábito de dar gracias diariamente es la generosidad. Y así como la palabra de acción de gracias tiene un efecto multiplicador también lo tiene la generosidad.
Isaías describe acerca del poder de la palabra de la siguiente manera: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca: no vendrá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié.” (Isaías 55:10,11)
Y en cuanto al efecto multiplicador de la generosidad les puedo hablar cuando comencé a dar una parte de mis ingresos a la obra de Dios. No solamente fui prosperado económicamente, sino que el beneficio lo vimos en otras áreas de la vida.
Algunos de ustedes saben esta historia, pero otros no la saben. Y es la siguiente, por varios años mi esposa y yo estuvimos casados sin tener hijos pero precisamente cuando comencé a dar sistemáticamente a la obra de Dios mi esposa quedó embarazada. Dios nos dio una gran bendición.
Y este fue precisamente el testimonio que di ante una congregación del Centro Unity en donde para aquel entonces me congregaba.
Ustedes saben que siempre he sido muy agradecido a Dios a toda aquella persona que me hace un favor.
Pero este es un ejemplo en donde Dios volcó su generosidad en mí más allá del beneficio económico que recibí al comenzar a dar el 10% de todos mis ingresos de una manera sistemática a la obra de Dios.
Vinieron ingresos y beneficios inesperados, pero también bendiciones familiares inesperadas,
Cuando doy gracias de corazón, también lo hago con amor, y detrás vienen un caudal de bendiciones como resultado de mi gratitud.
Pienso que la gratitud nos provee lo que Pedro llama una buena consciencia. Pedro nos exhorta a “que todos seamos de un mismo sentir esto es a ser compasivos, misericordiosos, amándonos fraternalmente y amigables.” (1 Pedro 3:8 parafraseado)
Y si hay algo de lo cual me siento agradecido a Dios es de tener una comunidad espiritual como ustedes. Cada uno de ustedes es un faro de luz espiritual.
Personas que han visto y han asistido a nuestros servicios se me han acercado a decirme que han percibido y sentido mucho amor en nuestra comunidad espiritual.
Recuerdo específicamente una ocasión cuando entró por esa puerta una persona amiga que se estaba quedando en el hotel porque estaba de visita en le país, y que entró solo por unos minutos y se marchó porque tenía unos compromisos que atender.
Tan pronto retornó a su hogar en los países me escribió diciéndome que se sintió muy bien y percibió el amor que se sentía aquí.
Y por eso yo doy gracias a Dios.
Yo pienso que es importante que demos gracias a cada persona por el favor recibido o por el servicio obtenido. Nuevamente a tener una buena consciencia de acción de gracias.
No voy a negar que he tenido ocasiones en que he recibido un servicio pésimo, todos hemos experimentado esto cuando vamos a buscar o a procurar algún documento en una institución o un servicio en particular.
El reto es sacar de adentro y procurar expresar una legítima emoción de gratitud por lo que hemos recibido aunque no nos haya gustado la forma en que se nos ofreció el servicio.
Tenemos que dar gracias a Dios por la sabiduría que nos da cuando tenemos tropiezos con personas cuyos estados de consciencia no compartimos, muchas veces estados de consciencias que pueden ser nocivos a nuestro bienestar emocional.
En tales casos debemos dar gracias a Dios por tener el conocimiento de que no vale la pena absorber esos estados de consciencia y por saber que no son dignos de nuestra energía ni de nuestra consideración. Por este conocimiento debemos de dar gracias a Dios.
Entonces: ¿cuántas veces debemos de dar gracias?
Vamos a practicar lo que hemos aprendido con nuestro ejemplo dondequiera que vayamos.
Tengamos una consciencia de acción de gracias todo el tiempo y verás que te sentirás más alegre, gozoso, más paciente, más amoroso, más bondadoso y más humilde.
Entonces asegúrate que continúas dando gracias a Dios a medida que empieces a sentir y a expresar esas virtudes.
Entonces toma unos segundos y piensa en tres cosas por las cuales puedes darle gracias a Dios.
Ahora mira a la persona que tienes a tu lado y dile: Gracias por ser parte de nuestra comunidad espiritual, eres una bendición para mí.
Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.
Meditemos…
¡Amén!