Fe es decidir comenzar
“Da tu primer paso con fe, no es necesario que veas toda la escalera completa, solo da tu primer paso.” (Martin Luther King)
En nuestro primer mensaje de este año hablamos de la necesidad de establecernos metas espirituales y de hacernos un honesto y sincero examen de consciencia. ¿Recuerdan?
También hablamos de la importancia de trabajar con la fe. Y de cómo ciertas decisiones pueden cambiar nuestras vidas de modos significativos. Hablamos de Moisés, de Josué, de Jesús. Hablamos de cómo eventualmente el pueblo de Jehová Dios fue conducido a la tierra prometida.
Terminamos diciendo que Cristo en ti es el líder que te llevará a tu tierra prometida si sigues Su divina voluntad que siempre es agradable y perfecta. El segundo domingo te hice un llamado para que te comprometieras y te transformaras de un oidor a un hacedor de la palabra.
Te hice un llamado para que te comprometieras con tu desarrollo espiritual y con tu comunidad espiritual que es este centro de maneras específicas. Porque cuando te comprometes y asumes la responsabilidad que te corresponde las cosas comienzan a cambiar en tu vida.
Millicent en su brillante mensaje el domingo pasado nos habló de que creer es poder. Dijo que todo aquello en que podamos creer lo tendremos. Nos dijo que “nos enfermamos porque creemos en la enfermedad, morimos porque creemos en la muerte”.
En otras palabras todo aquello que tú puedas concebir lo puedes conseguir. Pero añado, tenemos que estar dispuestos a dar el primer paso en fe.
Ella lanzó una interrogante interesante, preguntó — ¿Qué es lo que crees acerca de ti mismo?
Y te pregunto: ¿Crees que eres un pecador, un fracasado, un pobre, un desamparado, una víctima de las circunstancias? Ahí en lo más profundo de tu ser, ¿qué es lo que crees de ti mismo?
Cuando reflexionas acerca de tu vida, ¿qué es lo primero que salta a tu mente, tus éxitos o tus fracasos? Ayer cuando estábamos transmitiendo nuestro programa radial Cristianismo Positivo, Progresivo y Práctico hablábamos de lo que es ser un hijo de Dios.
Decíamos que en realidad la mayoría de las personas no saben lo que significa ser un hijo de Dios. Y actuamos como el hijo pródigo. Y que aun permaneciendo en la casa del padre como el otro hijo de la parábola no reclamamos nuestra herencia divina.
Yo estoy seguro de que tú tienes en mente proyectos que todavía no has comenzado. Y yo te pregunto, ¿para cuándo lo vas a dejar? ¿Cuándo te vas a comprometer?
Te pregunto, ¿todavía sigues pensando o esperando que algo en lo externo cambie para comprometerte? Podrías decir, me comprometeré cuando mis hijos terminen la universidad, o cuando mi abuelo me dé la herencia que me corresponde; o cuando me consiga un marido que me mantenga, o cuando me divorcie del marido que tengo, etc.
La duda, la indecisión, el temor nos puede mantener en cautiverio por años y ustedes lo saben.
Personalmente a mí me tomó un par de años en decidir comenzar este ministerio. Yo deseaba servir a Dios, pero se me hacía difícil dar el primer paso. Pero llegó el momento de dar el primer paso en fe y decidí comenzar.
Esto requirió empezar a caminar la ciudad entera. Me aseguré de visitar todos los posibles lugares en donde podría establecer un ministerio y comenzar a predicar.
Me aseguré de buscar bien, de manera que me sintiese satisfecho de que había agotado todos los posibles lugares. Ese fue mi primer paso, no sabía cuáles eran los otros escalones de la escalera.
Pero cuando decidí comenzar ya estaba comprometido con la causa y con el proyecto.
Tú que me estás escuchando, a ti te digo que no hay otra manera de comenzar que no sea comenzando, dando el primer paso.
En un nivel más personal, todos tenemos hábitos negativos que deseamos soltar. Pero no hay manera de dejar un hábito negativo si no tienes la fe para decidir comenzar a dejarlo. Por ejemplo, no podrás dejar el hábito de fumar si no tienes fe y decides dar el primer paso que es comprometerte a no prender ese cigarrillo cuando te venga el deseo de fumar, cuando te comprometas a no fumar por un día.
No hay manera de salir de la indecisión que no sea tomando una decisión.
No hay manera de que logres ser responsable contigo mismo y con las demás personas hasta que te comprometas y decidas comenzar a ser responsable, haciendo lo que dices que vas a hacer, cumpliendo con lo que dices que vas a cumplir. Y esto requiere fe y valor para decidir comenzar y cumplir con tus compromisos día a día.
Y no hay manera que comiences a desarrollarte espiritualmente hasta que tengas fe y decidas comenzar a cambiar tu vida, comprometiéndote a hacer el trabajo que Dios te ha designado, comprometiéndote con tu comunidad espiritual, comprometiéndote a ser un hacedor de la palabra dedicando un tiempo para aprender más acerca de la naturaleza de Dios y a practicar los principios espirituales que Jesús nos enseñó.
Es importante que entiendas lo que te estoy diciendo.
Por ejemplo, si eres tremendamente infeliz y deseas ser feliz puedes lograr ser feliz; pero tienes que comprometerte a aprender qué significa realmente ser feliz y a dar el primer paso en esa dirección.
Tienes que aprender que la palabra felicidad comienza con ‘fe’. Tienes que tener fe en ti mismo y en tu capacidad de desarrollar una relación de armonía y paz contigo mismo; de amarte y aceptarte tal como eres. Debes aprender a vivir contigo mismo y disfrutar de tu propia compañía aun en los momentos de aparente soledad.
A medida continuas tu trayectoria y aprendizaje encontrarás momentos de infelicidad pero si prosigues con fe, los momentos infelices irán disminuyendo cada vez más convirtiéndote así en una persona feliz.
Si deseas ser próspero puedes ser próspero pero tienes decidir dar el primer paso en fe; estudia acerca de la prosperidad, y aprende qué significa ser verdaderamente próspero en su dimensión espiritual y material y disciplínate y comprométete a manejar sabiamente el uso de todo tipo de recursos que se te pongan a tu disposición; manejarlos con sabiduría y buen juicio.
En tu trayectoria hacia la prosperidad habrán momentos de escasez, pero si prosigues con fe eventualmente encontrarás Esa Toda-Suficiencia-en-todas-las-cosas. Pero esto no será posible si no tienes fe para decidir comenzar a trabajar con la prosperidad.
Si deseas ser completamente saludable puedes ser saludable íntegramente. No tienes que vivir toda tu vida cargando esa condición de salud limitante; tendrás que aprender qué conlleva tener una salud perfecta, y tendrás que dar el primer paso en fe y comprometerte a mantener la disciplina que se requiera para tener éxito en el tratamiento espiritual de esa condición.
Puede tomar varios años lograr salud perfecta pero tienes que estar dispuesto a dar la batalla en fe. Tienes que estar dispuesto a soportar el dolor, a perderle el miedo hasta que lo domines con el recto pensar y surja de nuevo ese patrón divino de perfección que siempre ha estado en ti.
No hay condición incurable por más avanzada que esté la aparente enfermedad. La diabetes, el cáncer y cualquier tipo de enfermedad puede curarse y sanarse. Ustedes han visto evidencia de esto y conocen personas que se han sanado.
¿Recuerdas el verdadero significado de la palabra incurable? In en inglés significa adentro, esto es; curable desde adentro. Pero se requiere de fe para decidir comenzar y dar el primer paso en dirección del proceso sanador.
Dr. Robert Schuller dice:
Dios te ha dado un deseo. Ahora deberás prepararte para tomar decisiones valientes. La fe no es soñar despierto, es tomar decisiones. Aún las ideas de Dios carecen de valor hasta que un creyente [decida] actuar sobre ellas. Ponemos nuestra fe en acción cuando tomamos la decisión más difícil — la decisión de comenzar.
Posponer tomar decisiones difíciles es mayormente el resultado de la falta de fe.
Dios no promete bendecirnos hasta que hagamos un compromiso para vivir y caminar por fe.
No podemos esperar que Dios bendiga nuestra declaración de fe si no comenzamos a actuar.
Fe es decidir comenzar.
Todos hemos sido víctimas de las tentaciones del ego; hemos caído innumerables veces, y así mismo hemos tenido que levantarnos.
Jesús nos dijo: “Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí a allá”, y se pasará; y nada os será imposible.”(Mateo 17:20)
Si has estado viviendo por debajo de tus posibilidades levántate en fe y decide comenzar.
Tú estás aquí porque Dios quiere que te levantes de donde estás a nuevas y mayores niveles de desempeño y de logro.
Tú estás aquí porque Dios desea que reclames a viva vos que eres un hijo de Dios.
Todos estamos aquí porque junto queremos crecer en unidad de propósito.
Y por eso te pido que afirmes después de mí:
Hoy voy a derribar mi mayor enemigo, la duda, la indecisión y la inercia.
Hoy decido comenzar, hoy caminaré, correré la milla extra, hablaré, escribiré, lanzaré mi proyecto, y anunciaré lo que estoy comenzando.
Reconozco que realmente estoy transitando en el camino de la fe y declaro que en Dios pongo toda mi confianza para que me impulse a seguir adelante.
Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces. Amén!
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