Borrón y Vida Nueva
“… a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:4)
Hace mucho años escuché el dicho popular “borrón y cuenta nueva.”.
Básicamente esta frase significa que se deja atrás algún hecho desagradable del pasado. También significa que se debe de olvidar un error cometido y que debemos volver a intentarlo nuevamente.” Otros dicen “pasa la página y comienza un nuevo capítulo”. Esto es, lo que haya pasado ya no importa, una nueva vida comienza ahora, en este momento. La verdad es que hay momentos en nuestras vidas que anhelamos un cambio porque la trayectoria de la vida que llevamos no hace sentido.
Ejemplo de esto son las personas que emigran hacia otros países, generalmente a los Estados Unidos buscando una nueva vida. Este es el famoso “sueño americano”, en inglés: “The american dream.” Piensan que viviendo allá pueden lograr realizarse, esto es, alcanzar sus metas, lograr independencia financiera, una buena educación para sus hijos, y disfrutar de libertad en todas las áreas de sus vidas.
Pero, ¿de dónde viene todo esto? La idea detrás de todo esto es la idea de realización. Esto es, lograr alcanzar una aspiración. Y la aspiración surge de la inspiración, que no es otra cosa que el deseo de Dios en ti tratando de realizarse, de desenvolverse y de expresarse a través de ti. Hay una sola Fuente de inspiración, de aspiración y renovación, es la misma, y es la presencia de Dios buscando expresión a través de cada uno de nosotros.
Sin embargo, si es cierto que esto es una gran verdad no es menos cierto que nuestro intelecto guiado por el ego puede malinterpretar o bloquear las señales que el Espíritu viviente de Dios en nosotros nos envía. El enfoque de nuestras inspiraciones, aspiraciones y realizaciones, tiene que mantenerse en el Espíritu. Y en la medida que nos mantenernos en el fluir divino, la vida se renueva diariamente. Permite que circulen por tu mente nuevas ideas, especialmente ideas divinas y que éstas hagan un trabajo en tu alma, en tu cuerpo y en tus circunstancias.
La generosidad, el amor al prójimo, la utilización de nuestros talentos y habilidades para ayudar a otros son los canales mediante los cuales Dios trabaja. Hacer el bien, es convertirnos en una bendición para todo aquel que hace contacto con nosotros. No podemos permitir desenfocarnos de lo espiritual para enfocarnos en lo material ya que detrás de esto hay egoísmo, y éste terminará separándonos de Dios y eventualmente destruirá la vida física y desintegrará nuestros cuerpos.
Hay personas que viven totalmente sumergidas en el pasado. Ustedes conocen a tales personas, y muchas son inmensamente infelices, lamentándose de lo que pudo haber sido y no fue. Viven continuamente recordando y hablando acerca de experiencias tristes, los errores cometidos, los abusos recibidos, son víctimas que se mantienen encerradas en la cárcel del recuerdo. Buscan muchas veces vengarse de aquellos que le han hecho mal.
Jesús nos dio una gran lección acerca de esto último precisamente después de Su resurrección.
Esto es, no vemos evidencia en las Escrituras de que Jesús, después que resucitó, comenzara a quejarse de lo mal que lo trataron los judíos, y que por eso Él ahora había resucitado, para desquitarse con los judíos y vengarse por la muerte que ellos le habían infligido. Sencillamente Él los perdonó antes de morir y allí quedó todo, ese muerto quedó enterrado para siempre.
Así como Jesús, tú y yo tenemos que mantenernos en el conocimiento de que el Espíritu de Dios es Fuente de Renovación y Vida; y que permanecer encarcelados en el pasado, es ignorar la Fuente de Vida que busca renovarse y expresarse continuamente en nosotros. Ignorar esta Fuente es errar y por consiguiente nos hace pecadores por omisión. Posiblemente dirás: pero yo no he hecho nada, solo recordar lo que pasó. Pero lo que pasó, pasó y recordándolo no resuelves nada, de lo contrario vuelves a vivir el error, el abuso, y/o la experiencia desafortunada.
“Deja que los muertos entierren a sus muertos, sígueme tú.” (Mateo 8:22 parafraseado) Nuestra responsabilidad y obligación es reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas y saber que Dios es Nueva Vida en cada uno de nosotros renovándose continuamente y trayendo un fluir constante de ideas divinas para ayudarnos a vivir la abundante vida que Jesús prometió. Dios es vida, eterna vida en nosotros, y para mantenernos en el fluir de la eterna vida de Dios tenemos que borrar, o pasar la página y comenzar un nuevo capítulo en nuestras vidas.
Es como el amanecer de un nuevo día. Nuestras vidas están llenas de nuevos amaneceres y atardeceres; ¿no es esto acaso un mensaje del Creador de que diariamente tenemos que dejar atrás el ayer y mantenernos en la corriente de vida que nunca cesa? Jesús lo dijo: cada día trae su propio afán, por eso busca el reino de Dios que mora dentro de ti para que puedas vivir la abundante vida que Dios te ofrece. Decimos que somos canales de Dios y ¿qué es un canal? Un canal es un conducto por donde fluye algún tipo de sustancia.
En nuestro caso somos el conducto que Dios ha creado para que fluya la abundante vida de Elohim Dios, esto es, la abundante vida del Creador. Y en espíritu y en verdad nos nutrimos del fluir continuo de la substancia que es Dios. Ahora bien, te preguntarás como puedes mantenerte en el fluir y aun así lograr tus aspiraciones y metas personales. La contestación rápida es: dejándole saber claramente a Dios tus intenciones y ayudando a que otros logren sus metas y aspiraciones.
Por ejemplo, hay personas que han vivido toda su vida endeudados hasta las narices. Sus tarjetas de crédito están hasta el tope. Un buen día estas personas caen en una depresión por no tener los medios para pagar sus deudas.
Surge dentro de ellos el deseo de liberarse de deudas de comenzar una nueva vida sin deudas. ¿Saben lo que hacen muchas personas? Se van a vivir a otro país y dejan a muchos acreedores enganchaos. Creen que de esta manera pueden comenzar a vivir una nueva vida sin deudas. Pero, ¿qué ocurre normalmente con estas personas? Que luego de un tiempo en el nuevo país se encuentran otra vez llenos de deudas y vuelven a deprimirse.
Y las cosas no trabajan así, esto es tratar con el problema externamente y no yendo a la raíz del problema. Tenemos que entender que antes de hacer cualquier intento humano de liberación en nuestras vidas tenemos que ir a la Fuente, Dios; y establecer nuestras intenciones claramente: “Querido Dios, deseo de todo corazón liberarme de toda deuda. Tengo fe en que con tu ayuda lo puedo lograr. Acepto que por mí mismo nada puedo.”
Luego comienza diariamente a perdonar todas aquellas personas con las cuales has mantenido un resentimiento y enojo por largo tiempo. El perdón te ayudará a liberarte de las cadenas que te mantienen atado a otras personas. Y si es posible, busca re establecer y renovar esa relación si entiendes que es de beneficio para todas las partes envueltas. Pero antes de dar un paso, consúltalo con Dios y sé obediente a Su instrucción y guía. Haz la parte que Dios te encomienda.
Muchas veces hacemos un acercamiento pero vemos que la otra parte no está interesada en renovar la relación; entonces suéltalo en la seguridad de que ya has hecho tu parte. Una vez hayas hecho tu parte, espera nuevas instrucciones de parte de Dios.
Comienza a desarrollar un plan para pagar tus deudas, habla con tus acreedores uno a uno y exprésales tu intención de pagar y cada vez que recibas un ingreso separa una parte para pagar tus deudas. Suelta el “yo no puedo, o el yo nunca he podido” porque la verdad es que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Y a medida que comienzas a pagar tus deudas comienza el fluir, el fluir de la prosperidad y de la abundancia. Mantente receptivo a la instrucción de Dios.
Si tienes miedo de quedarte sin dinero; afirma: “Dios provee para mis necesidades y soy satisfecho plenamente. Mi vida se renueva día a día a medida que vivo la abundante vida de Dios.” Y suelta el miedo rápidamente porque detrás del miedo hay una falta de fe en la capacidad de Dios, para satisfacer nuestras necesidades.
Por otro lado, podrías ser víctima del egoísmo, ese instinto adquisitivo que te ha mantenido comprando lo que no necesitas ni puedes pagar. El egoísmo se combate con la generosidad. Cada vez que tengas la oportunidad de ayudar a otros no se lo niegues. Puedes orar con ellos, dar un buen consejo, o hacer algún tipo de gestión para beneficio de ellos. Sigue con tu plan permitiendo cada vez más que tus ingresos vayan en la dirección que Dios te ha señalado. Si haces esto estarás en el fluir de la vida abundante y próspera de Dios. Estarás centrando tus actividades en la voluntad de Dios y todo lo demás será resultado del fluir de esa actividad divina en y a través de ti.
Esto es solo un ejemplo, para que sepas que en Dios encontramos la respuesta a todo tipo de retos en nuestras vidas, y también encontramos la vida abundante y renovadora que nos mantiene vivos y presentes en todo momento. Pero hay muchos más, por ejemplo, si surge un impasse en tu vida, el llamado es que algo tiene que ceder, es tiempo de soltar y dejar ir. Debemos aprender a soltar lo menos por lo más. Pues muchas veces perdiendo se gana. Y tenemos que soltar sin miedo, en la seguridad de que Dios nunca nos desamparará.
Podrías estar en este momento viviendo y sufriendo las consecuencias de tus acciones pasadas, esto es karma, pero recuerda que aunque no puedas cambiar los errores que cometiste en el pasado, puedes nacer de nuevo y cambiar la persona que eres hoy y la ley de gracia que está por encima de la ley del karma hará en ti una labor liberadora. Perdónate y serás perdonado, borrón y vida nueva.
Borrón y vida nueva, es la consigna de todos los que desean liberación del pasado y de todo tipo de condición limitante. Si ya estás harto y cansado de vivir una vida de insatisfacciones haz como el ave fénix y entrégate totalmente al fuego purificador del Espíritu Santo, y permite que el Espíritu haga Su obra en ti.
Recuerda que aunque no podemos cambiar lo que fuimos ni los errores que cometimos, podemos cambiar lo que hoy somos, podemos perdonarnos y nacer de nuevo. Y aunque tal vez no nos perdonemos por el daño que hicimos a otros podemos estar en la seguridad de que Dios siempre nos perdonará y nos amará eternamente. Porque Dios es fiel.
Piénsalo bien, borrón y vida nueva, es soltar el pasado y nacer de nuevo, es dejar que Dios haga de nosotros la persona que Él desea que seamos.
Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces. ¡Amén!