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Celebro mi vida día a día


“Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo.” (Juan 15:11)


La palabra celebrar tiene muchos significados. Uno de ellos es: Ensalzar públicamente a un ser sagrado o un hecho solemne, religioso o profano, dedicando uno o más días a su recuerdo. Por ejemplo decimos, están celebrando la pascua; o están celebrando la misa. (DRAE)


Otro de los significados es: Realizar un acto festivo por algo que lo merece; y tal vez el más relevante a este mensaje es: Mostrar o sentir alegría o agrado por algo.(DRAE)


Cada nuevo día que vivimos es un regalo de Dios y evidencia de la continuidad de la vida física que estamos expresando. Y la actitud con la que comenzamos cada día hace la gran diferencia.

Simple y sencillamente, cada nuevo día nos presenta la oportunidad de hacer algo distinto que enriquezca nuestras vidas y por ende nos dé alegría y entusiasmo por la vida.


Personalmente yo he vivido muchos días, y les puedo asegurar que en muchas ocasiones me he levantado, triste o deprimido, en otras me he levantado preocupado, sin apenas poder dormir, también me he levantado cansado sin deseos de nada, me he levantado asustado después de tener una pesadilla, y también me he levantado de la cama feliz y contento.

Mis despertares, han sido reflejo de mis fluctuantes estados de consciencia porque siempre ha habido allá afuera un motivo para hacerme sentir triste, deprimido, preocupado, asustado, o feliz.


Y cuando vivimos la vida así, lo más probable es que nos sintamos inseguros, dudosos y ambivalentes, con una actitud defensiva ante la vida preguntándonos cada vez que nos levantamos de la cama por las mañanas: ¿Qué me traerá la vida hoy?


Pero a medida que avanzamos en el conocimiento de la verdadera naturaleza de Dios encontramos que Dios es gozo y el verdadero gozo, la fuente de nuestro gozo está en nuestro interior, tu actitud y predisposición para dejar expresar esta cualidad de Dios hace toda la diferencia.


Parte de nuestro proceso de desarrollo espiritual en cuanto al gozo se refiere requiere aprender a no darle tanta importancia a cosas que no la merecen.

Por ejemplo, hay personas que se enojan muchísimo si se le pierde un lapicero, o que le dan un regaño a cualquiera especialmente a la trabajadora cuando mientras friega se le cae un vaso de cristal y se le rompe.


Y como estos hay muchos ejemplos más. Para mí cosas como estas no valen la pena el enojo. Terminamos amargándonos la vida y haciéndonos daños nosotros mismos.

Un estado de ánimo alegre produce buenos resultados para nuestra alma y nuestro cuerpo.

La ciencia médica ha encontrado que la “alegría produce en el cuerpo unos beneficios únicos que debemos valorar.”


Por ejemplo, estudios médicos han encontrado que “Quien se siente alegre genera una serie de sustancias internas de tipo endorfinas (disminuyen la sensación de dolor), factores antioxidantes (que ayudan a preservar las células) y según estudios recientes, factores que inhiben los oncogenes (relacionados con la aparición de tumores). Estos efectos fisiológicos conocidos, además del bienestar mental que aumenta el rendimiento en el trabajo, hace llevadera la rutina laboral y familiar y nos ayuda a perseverar en nuestras metas, hace que la alegría sea un elemento importante en nuestra vida.”


Entonces ¿cómo puedo vivir alegremente? Comienza cada día celebrando tu vida. Dale sentido a tu vida estableciéndote personalmente un propósito de vida de naturaleza espiritual.

Jesús estuvo muy claro en esto cuando dijo: he venido “para dar buenas nuevas a los pobres;… a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, y a predicar el año agradable del Señor.” (Lucas 4:18-19)

O sea, que Jesús vino a dar mucho fruto. Pero los estudiantes de Unity sabemos que fue Cristo por boca del Nazareno quién habló estas palabras pronunciando así Su propósito divino para con el pueblo hebreo.


Y así como Cristo expresó Su divino propósito a través del Nazareno, Cristo en ti tiene preparado para ti una vida digna de celebración y gozo porque si reconocemos que el gozo y la felicidad están dentro de nosotros, estamos divinamente destinados a llevar mucho fruto.


Por esta razón yo pienso que tenemos que aprender a vivir la vida de una manera fructífera, que dé fruto donde quiera que estemos. Y esto requiere que sepamos, reconozcamos que la fuente del verdadero gozo en nosotros es el Cristo que mora en ti.


Primeramente tenemos que apreciar, valorar y cuidar este cuerpo que tenemos. Tenemos que tratarlo con dignidad y respeto y proveerle una buena y sana alimentación.


Segundo: no tomes tan en serio la vida ni el trabajo, aprende a relajarte frecuentemente, y a planificar tiempos de recreación.


Alimenta tu mente leyendo las escrituras, o libros de enriquecimiento espiritual.

Tercero; aprende a expresar alegría por la vida dándole un sentido noble a tu existencia en este planeta.


Volvamos nuevamente a Jesús y Sus discípulos. Jesús le hace un llamado a Sus discípulos no sin antes recordarle, que ellos no lo habían elegido a Él sino Él a ellos. Y continua diciendo “y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca… Esto os mando: Que os améis unos a otros.”


Ahora los llevo al incidente del cojo de nacimiento que estaba en “la puerta del templo que se llama la Hermosa”. (Hechos 3:2)


Cuando el cojo “vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le dieran limosna.” Y Pedro dijo: —No tengo ni plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.” (Hechos 3:6)


Señores, la vida pasa tan rápido y cambia tanto y debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para permanecer en el fluir constante de la alegría y gozo, sí, el gozo del Señor.

La medicina ha revelado los beneficios de la risa ha descubierto que la risa trae grandes beneficios a nuestro cuerpo.


Ejercicio: con cada carcajada se ponen en marcha cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con la risa.

Limpieza: se lubrican y limpian los ojos con lágrimas. La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído. Además, elimina las toxinas, porque con el movimiento el diafragma produce un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas.


Oxigenación: entra el doble de aire en los pulmones, dejando que la piel se oxigene más.

Analgésico: durante el acto de reír se liberan endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina. Por eso, cinco o seis minutos de risa continua actúan como un analgésico. De ahí que se utilice para terapias de convalecencia que requieren una movilización rápida del sistema inmunológico.


Rejuvenecedora: rejuvenece al estirar y estimular los músculos de la cara. Tiene, además, un efecto tonificante y antiarrugas.


Facilita el sueño: las carcajadas generan una sana fatiga que elimina el insomnio.

Elimina el estrés: se producen ciertas hormonas (endorfinas y adrenalina) que elevan el tono vital y nos hacen sentir más despiertos.


Y estos son los beneficios en nuestro cuerpo. ¿Y en nuestra alma?

Sabemos y estamos conscientes que un alma satisfecha es un alma alegre y viceversa. La Biblia no lo dice pero en el corazón de Pedro tuvo que haber gran satisfacción y por ende gran gozo cuando sanó al cojo de nacimiento en la puerta Hermosa del Templo.

El alma celebra la vida cuando da fruto.


Y todo esto trae un gran entusiasmo por la vida porque el alma siente que se mueve en la dirección de su propósito divino, Cristo es fuente de satisfacción, alegría y entusiasmo por la vida.


Dedica un tiempo diariamente para celebrar tu vida día a día. Te sentirás lleno de vitalidad y deseoso de llevar buen fruto donde quiera que estés y donde quiera que vayas.


Y termino con la cita en Juan 15:11: “Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo.”


Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.


¡Amén!



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