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Estad firmes en la oración


“Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.”

(Hechos 6:4)


Luego de la ascensión de Jesús los discípulos comienzan a predicar el evangelio en Jerusalén y una cantidad cada vez mayor de personas creyeron y fueron bautizados. La iglesia crecía y las labores de los discípulos aumentaban. Tuvieron entonces que elegir a siete diáconos para que los asistieran en las labores de la iglesia.


Los discípulos optaron por persistir “en la oración y en el ministerio de la palabra.”

Y aquí se encuentra el fundamento o la base de la fe cristiana, firmeza en la oración y en el ministerio de la palabra que para ti y para mí es la práctica diaria de la oración y la aplicación de las enseñanzas de Jesús.


Nosotros como comunidad espiritual cristiana hemos hecho esto de una manera u otra prácticamente desde que iniciamos este ministerio porque creemos en el poder de la oración y sabemos la importancia de mantenernos firmes en el ministerio de la palabra.


Nuestros ángeles de oración tienen testimonios de lo que ha hecho la oración por todas aquellas personas por las cuales hemos orado. Nuestro ministerio de oración junto a la predicación de la palabra sigue adelante haciendo su labor.


Este jueves 8 de septiembre se celebra el día de la Oración Mundial en el movimiento Unity y nuestro Centro se une en oración afirmando: al descubrir mi poder interno, libero mi potencial divino. Miles de personas alrededor del mundo estarán orando y declarando estas palabras. Nosotros estaremos unidos a este gran acontecimiento que traerá paz y armonía entre nosotros mismos y las naciones del mundo.


Y te pido a ti, que hagas los arreglos pertinentes desde ya para acompañarnos en este día tan especial. Separa esta fecha, este jueves 8 de septiembre estaremos desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche atendiendo peticiones de oración de todas aquellas personas que se nos acercan solicitando nuestras oraciones y manteniéndonos también en una vigilia de oración.


La oración formó parte de la vida de Jesús y Él nos dejó un modelo de oración que hoy por hoy es el enlace común que une a toda la comunidad cristiana en este planeta, El Padrenuestro. Ahora bien, hoy te exhortamos a que estés firme en la oración. Podrías preguntarte: ¿por qué y para qué debo yo estar firme en la oración?


Pongan atención a esto que les voy a decir: cuando las cosas nos van bien en la vida, o como decimos popularmente: “cuando la cosa está buena” la mayoría de las personas no se acuerdan de la importancia de estar firmes en la oración. Pero cuando “la cosa se aprieta” o enfrentamos cualquier reto muchos salimos corriendo de una vez a pedir oración.


Otros dejan de asistir a sus congregaciones, y así como el cangrejo huye y se esconde en su cueva, estas personas se meten en sus casas y se encierran en sus propios problemas sin buscar ayuda espiritual. Y este tipo de comportamiento demuestra que no estamos muy claros en el papel que desempeña la oración en nuestras vidas y tampoco de los beneficios que derivamos de ella.


La práctica diaria de la oración nos ayuda a desarrollar la fe, que es el elemento esencial para lograr grandes cosas. Porque “sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que los buscan.” (Hebreos 11:6)


La práctica diaria de la oración nos provee guía y dirección en la toma de decisiones importantes en nuestra vida. Cuando pasamos por la experiencia de la noche oscura del alma, la oración nos ayuda a encontrar nuestra propia luz y aclara nuestro entendimiento y comprensión espiritual.

Jesús pasó por ese momento oscuro del alma en Getsemaní cuando les dijo a Sus discípulos: “—Mi alma está muy triste hasta la muerte.” (Mateo 26:38)


Lo cual nos lleva al tercer beneficio que es que la práctica diaria de la oración nos ayuda a levantarnos de la tristeza y angustia. Después de orar un rato nos sentimos mejor, con más ánimo y disposición para continuar con nuestras vidas.


Este fue el caso de Jesús cuando terminó de orar en Getsemaní y dijo a Sus discípulos: ¡Levantaos, vamos! Ved que se acerca el que me entrega.” Aunque no está escrito explícitamente, en este punto Jesús ya había recobrado las fuerzas para enfrentar el reto que tenía por delante que era su arresto, posteriormente Su sentencia a muerte y finalmente, Su crucifixión.


Por esto decimos que la práctica diaria de la oración nos ayuda a recobrar la fortaleza espiritual y física para enfrentar los retos.


“Para obtener resultados, debemos orar con persistencia, comprensión y fe. Esta práctica establece una consciencia donde no puede entrar la duda.” (LPR p. 163) Jesús fue muy enfático cuando dijo: “Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.”


La práctica diaria de la oración nos ayuda a perdonar. Jesús exhortó a Sus discípulos con las siguientes palabras: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas…” Marcos 11:11:25)


Esto permite que fluya a través de ti un amor incondicional. Y este amor te unirá cada vez más con la presencia moradora de Cristo en ti.


Cuando vayas a oración es importante:


Reconocer a Dios como Padre y nuestra unidad con Él

Llevar a cabo tu oración internamente

Buscar cerrarla puerta a todo tipo de pensamiento e interés externo. (Eso es lo más difícil. Y la práctica diaria te ayudará a lograr esto.)

Orar creyendo que has recibido lo que pides o algo mejor.

Desear y buscar primero el reino de Dios sobre todas las cosas

Dejar ir todo pensamiento de falta de perdón

—LPR p.164-165


La oración es algo primordialmente individual. Y cada cual debe descubrir por sí mismo la manera de lograr esa comunicación y relación con Dios. Pero para lograr esto debemos desearlo. Hago esta observación porque lamentablemente existen muchas personas que no les interesa establecer una relación estrecha con Dios y mucho menos someterse a Su voluntad.


Para mí esto es lamentable porque cuando tú verdaderamente reconoces que Dios es el eje en donde se mueve todo tu ser y toda tu vida, tu concepción del mundo y de todo el universo cambia totalmente.


Y la oración se convierte en ese vehículo que te vincula a Dios; la oración “es la única manera de limpiar y perfeccionar tu consciencia y como consecuencia sanar tu cuerpo.” (LPR p. 162)

Pero para lograr esto se requiere ser firmes en la oración y orar sin cesar. No quiero terminar sin discutir algo muy importante. Muchos se preguntarán: Si la oración trabaja entonces ¿por qué mis oraciones no son contestadas?


Y la respuesta es muy sencilla. Dios es un Dios de ley y Sus leyes espirituales rigen el universo. Dios no es un Dios de caprichos al cual acudes para que satisfagas un capricho personal. Todo lo que pedimos y todo lo que se manifiesta en nuestras vidas es el producto o resultado de un proceso, sea este de naturaleza interna o externa, tal como se dio el proceso creativo en la creación del Universo.


De manera que cuando manejas tus finanzas no puedes pedirle a Dios que con mil pesos puedas pagar todas tus facturas cuando muy bien sabes que éstas están en el orden de los cinco mil pesos. O que cuando mezcles agua y aceite se forme una solución nueva que sirva para limpiar toda la casa.


Hay personas que piden en oración que Dios castigue a otros por el mal que estas personas le han hecho. Sencillamente estás pidiendo erróneamente. Y por eso es que tus oraciones no son contestadas.


La manera correcta de pedir es estableciendo tus buenas intenciones esperando siempre que se cumpla la voluntad de Dios que es agradable y perfecta.


Ora por otros, buscando siempre el bien para todas las personas concernidas y ora por su bienestar personal y espiritual y verás como todas tus oraciones son contestadas.


Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.


Amén.

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