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El gozo de ser padre


“Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo.” (Génesis 26:24)


1. Esta es la bendición de Jehová a Isaac cuando vivía en la tierra de Beerseba.


2. Años después Isaac bendice a su hijo Jacob antes de salir de la ciudad de Beerseba con destino a Padam-Aram con las siguientes palabras: “Que el Dios omnipotente te bendiga, te haga fructificar y te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos; que te dé la bendición de Abraham y a tu descendencia contigo…” (Génesis 28:3,4)


3. Y este mismo Dios refiriéndose a Jesús dijo más de una vez: “Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia.” (Mateo 3:17)


4. La relación Padre-hijo es vital en el desenvolvimiento de la raza humana. Y el amor, la bendición, así como la descendencia y la complacencia son factores importantes para una buena evolución de la familia humana.


5. La palabra complacencia significa: satisfacción, placer y contento que resulta de algo. Entonces lo que estaba diciendo Dios es que ‘ese era Su Hijo amado en quien Él sentía satisfacción, placer, alegría y gozo.’


6. Y estas palabras de Jehová Dios declaran el gozo de ser padre.


7. Espiritualmente hablando todos tenemos un solo Padre. Jesús dijo: “Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.” (Mateo 23:9)


8. Con estas palabras, Jesús resalta nuestra verdadera naturaleza y descendencia espiritual porque venimos de un Padre que es Espíritu; y como descendencia Suya, somos también seres espirituales.


9. Nuestra identidad espiritual ha tomado forma humana por la voluntad de nuestro Creador y Padre. Tú y yo, más que seres carnales, somos los hijos espirituales a quien Dios ha dado forma humana.


10. Y en el reino humano, la relación padre-hijo es el vínculo fundamental que enlaza a todos los seres humanos en una descendencia para la procreación y preservación de la raza. Así mismo ocurre en el reino animal. En términos generales podemos decir que somos padres e hijos. Hijos de nuestros padres y padres de nuestros hijos. ¿No es así?


11. Cuando nosotros los padres aprendamos a ver la divinidad en nuestros hijos y sintamos complacencia de ellos nos gozaremos y nuestro gozo no tendrá fin.


12. Pero aparte de gozarnos en nuestros hijos todos sabemos que hay deberes y responsabilidades con esos pequeños que traemos al mundo.


13. Nuestro principal deber es amarlos incondicionalmente. En la parte espiritual, debemos educarlos para que conozcan acerca de su propia naturaleza espiritual y de la importancia de establecer una relación con Dios.


14. Comenzamos a hablarles acerca de Dios y de la existencia de la Presencia de Dios dentro de ellos desde antes de nacer, desde que están en la barriga de mamá. Entonces, continuamos con esta educación espiritual en la cuna y a medida que van creciendo. Luego les aconsejamos en cuanto a las cosas espirituales.


15. También debemos bendecirlos diariamente alabando y dando gracias a la divinidad que mora en ellos.


16. Recuerda que la palabra bendecir se puede dividir en dos partes: ben-decir. El prefijo “ben” y la palabra “bien” están muy cerca; y la segunda parte es “decir”. De modo aparte de conferir favor o prosperidad a la persona a la cual bendecimos, debemos hablar bien de ella.


17. Como Padres debemos dirigirnos a nuestros hijos con amor, consideración, respeto y firmeza en su crianza, siempre hablando bien de nuestros hijos y corrigiendo sus faltas puntualmente. Siempre haciendo énfasis en que lo que se está corrigiendo es su comportamiento y no su persona como tal.


18. Debemos recordarles siempre que lo que ellos hacen y lo que son, son dos cosas distintas. Dejarles saber que aunque ellos puedan cometer errores son maravillosos seres espirituales y como tal son dignos del favor y la bendición de Dios.


19. No podemos pasar por alto que debemos enseñarles las leyes de Dios para que tengan una vida ejemplar y exitosa.


20. David hizo algo así con su hijo Salomón; y le da las siguientes instrucciones antes de morir: “Guarda los preceptos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito…, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas.” ( 1Reyes 2:3)


21. En otras palabras, David le dijo a su hijo Salomón: vive tu vida conforme a la ley de Dios. Esto confirma la importancia de que le demos una buena educación espiritual a nuestros hijos.


22. Pero no esperes a cuando estés en lecho de muerte para educar a tus hijos espiritualmente, comienza temprano.


23. Nuestro deber es ser un modelo que nuestros hijos puedan seguir en todas las fases de la vida. Porque no todo hombre que tiene hijos es padre.


24. Y en cuanto a la parte espiritual me voy a tomar un momento para hacer algunas observaciones puntuales.


25. Nuestra comunidad espiritual está compuesta mayormente de mujeres y madres. Los padres escasean. Todavía no logro entender por qué esto es así. Y me pregunto: ¿será porque los padres no entienden la importancia que tiene su propio desarrollo espiritualidad como ser humano y la necesidad de ser también modelos espirituales para sus hijos?


26. ¿Dónde están los padres los domingos mientras sus esposas o compañeras asisten a la iglesia o al lugar donde se congregan para rendir culto o devoción a Dios?


27. ¿O es que esto de rendir culto a Dios no es importante? Si el padre piensa así, ¿qué pensarán sus hijos?


28. Los padres, como la cabeza del hogar dentro de la familia clásica, tienen el deber de educar y dirigir a sus familias por los caminos de Dios. Y tienen que ser los primeros en cumplir con los estatutos, los mandamientos y los preceptos de Dios.


29. Y no hay excusa que valga para no hacer esto. Si no lo estás haciendo estás incumpliendo con tu deber de padre en la parte espiritual.


30. A ti te digo: despierta tú que duermes, despierta a la divinidad que hay en ti, y comienza a expresarla con tus seres queridos. Palabras como: “eres mi hijo amado”, “te amo y te bendigo”, “siento gozo en ser tu padre”, “gracias por el privilegio de ser tu padre” son palabras que deben estar a flor de labios en todo padre.


31. Si nunca le has dicho a tus hijos palabras como estas no esperes más y comienza a decírselas hoy mismo y procura por todos los medios posibles que te salgan del corazón.


32. Ya es tiempo de que asumas tu responsabilidad espiritual con tus hijos y con tu esposa o compañera y comiences a hacer tu labor, congrégate con tu familia y comienza a disfrutar tu paternidad en espíritu y en verdad.


33. No te estoy diciendo que te congregues aquí, aunque nuestros brazos están abiertos para recibirte con amor. Lo que te estoy diciendo es que busques un lugar donde puedes recibir alimento espiritual para que puedas realizar tu labor de padre excelentemente no solo en la parte espiritual sino como modelo perfecto que tus hijos pueden seguir.


34. En lo humano tu deber es proveer alimento, ropa, un hogar y una buena educación académica. También un buen ambiente en donde ellos se puedan desarrollar satisfacer sus necesidades sociales por medio del deporte u otras actividades afines.


35. Todo esto lo sabemos, pero primero lo primero. Y lo primero siempre es Dios y nuestras necesidades espirituales. El hogar tiene que ser el centro del amor. Y esto se consigue reconociendo el amor y la Presencia de Dios en el hogar, y celebrando la divinidad todos juntos en oración.


36. En fin, el rol de los padres es, ser el líder y representante de la familia; establecer las reglas del hogar.


37. En la familia tradicional el padre asume el rol de jefe de familia. La madre es responsable del cuidado de los hijos y de la casa y no trabaja fuera del hogar. Pero las cosas han cambiado y en la familia moderna tanto el padre como la madre ejercen autoridad y este es un rol compartido. Ambos trabajan y traen el sustento a la familia. Ambos son responsables de la crianza y la educación de sus hijos. Y ambos son responsables de la organización y el mantenimiento del hogar.


38. Por razones de la economía y el costo de la vida hoy más que nunca, tanto el padre como la madre salen a trabajar para traer el sustento al hogar. En un sentido esto es bueno, pero en otros sentido muchos hombres se aprovechan y “le cargan el dado a la mujer” al no tomar iniciativas al momento de compartir equitativamente las tareas del hogar. En este caso las mujeres deben educar a sus hombres y convencerlos de la importancia de su participación activa y equitativa en el hogar.


39. Tus hijos son el legado, que tú, querido padre, le dejas a este mundo.


40. Te exhorto a que seas prudente ocupándote no solo de dejar hijos cristianos al mundo, no, lo que queremos es que dejes cristos cuya luz alumbre al mundo. Tal vez no entiendas el alcance de esta exhortación o tal vez lo consideres una utopía, pero al fin y al cabo de ti depende.


41. El ser padre no solo es un gozo, sino un gran privilegio y una gran responsabilidad.


42. Por esto y por mucho más debes dar gracias a Dios por los hijos que te ha dado y por la mujer que tienes a tu lado.


43. Meditemos…


44. Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.


45. ¡Amén!




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