top of page

De la prisión a la libertad


“Y se presentó un ángel del Señor y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, lo despertó, diciendo «Levántate pronto». Y las cadenas se le cayeron de las manos. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma.”(Hechos 12:7,10)


1. Este pasaje bíblico relata las vicisitudes que pasaban los apóstoles en la prédica del Evangelio a los gentiles y el poder de Dios ayudándoles a continuar la labor. No fueron días fáciles ya que fueron perseguidos y encarcelados muchos de los que estaban en este camino.


2. En el libro de los Hechos capítulo 16: 11-40 relata cómo Pablo estuvo en la prisión y fue liberado de una manera aparentemente inesperada “cuando sobrevino de repente un gran terremoto” abriéndose “todas las puertas y las cadenas.” (Hechos 16:26)


3. Todos los grandes revolucionarios de la historia han sido perseguidos por sus ideales; el establecimiento los han visto como una amenaza y han tratado por todos los medios de coartar su libertad de expresión y de acción.


4. Y de hecho todavía existen sistemas políticos que siguen coartando la libre expresión del ser humano; especialmente las dictaduras que todavía existen en algunos países del mundo.


5. Este país tuvo una dictadura y algunos de los que están aquí hoy conocieron lo que es vivir en una dictadura; y conocen las consecuencias que traen expresarse en contra de las normas establecidas; pues vas preso en el mejor de los casos. Y no hay garantía de que puedas volver a salir.


6. Hoy día vivimos bajo un sistema de gobierno democrático en donde existe la libre expresión pero todavía seguimos de alguna forma u otra en prisión buscando nuestra propia libertad.


7. Claro está, no necesariamente hablamos de la prisión física o de algunas de las cárceles del país como de Najayo. Hablamos de cárceles intangibles que afectan nuestra vida tanto como lo puede afectar estar físicamente en la cárcel.


8. Por ejemplo, hay condiciones en nuestro cuerpo que operan limitándonos como si estuviésemos en una cárcel física. La persona que periódicamente padece de ataques epilépticos puede sentir que vive dentro de una cárcel, la cárcel de las convulsiones que experimenta cada vez que sufre un ataque.


9. Aquél que padece de bipolaridad puede sentirse encerrado en la prisión de las emociones incontrolables. Esta persona sufre cambios extremos y marcados en su estado anímico y no parece tener control de estos cambios en su estado de ánimo.


10. De modo que cada vez que tú sientes que eres víctima de condiciones sobres las cuales no tienes control alguno, puedes sentirte como si estuvieses en la prisión; impotente, frustrado y deprimido.


11. Sin embargo ese no fue el caso con Pedro, Juan y Pablo. Todos ellos fueron liberados “milagrosamente” y continuaron predicando el evangelio.


12. Y Cuando finalmente metieron preso a Pablo en Roma continuó haciendo su labor desde su arresto domiciliario. Pablo desde la cárcel escribió sus cartas a los Efesios, Filipenses, Colosenses y a Filemón. Y su prédica no se detuvo. Él escribió: “Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.” (Filipenses 1:14)


13. Y sabiendo estas cosas acerca de Pablo yo pregunto: ¿sintió Pablo alguna vez que habían coartado su libertad?


14. Pero las escrituras hablan de libertad en Cristo, y dicen: “Si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36)


15. Esto significa que la libertad no es necesariamente una condición física, es un estado de consciencia que se puede obtener solo cuando invertimos “largas horas de comunión con Dios en el silencio.” (LPR p. 135)


16. La mayoría de las personas aunque poseen una libertad física permanecen la mayor parte de sus vidas en prisiones mentales que ellos mismos han creado con sus propios pensamientos de impotencia y de carencia.


17. Frases que ustedes muy bien conocen porque las han usado miles de veces tales como: “yo no puedo” o “yo no tengo” ponen barrotes invisibles a nuestro alrededor limitando seriamente todas nuestras capacidades y las posibilidades que podemos explorar y expresar libremente.


18. Todo trauma físico es un reflejo de algún trauma emocional producto de nuestros pensamientos erróneos.


19. Aquel que vive en el pecado, que es error, viven en cautiverio, preso de

sus propias acciones erróneas. Y solo por medio de Cristo, y el conocimiento de la Verdad podrá liberarse de esa esclavitud.


20. Este “cuerpo mortal” en que vivimos nos mantiene “encarcelados” con sus dolores y sensaciones y sobre todo con sus pensamientos de error e insuficiencia.


21. Pero ahí mismo dentro de la cárcel de nuestra mortalidad hay una esperanza viva dentro de cada uno de nosotros: Cristo. Nuevamente, “Si el Cristo os liberta, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36 parafraseado)


22. Y Cristo tiene poder para liberarnos de cualquier condición que nos limite. Pero para que esto ocurre no podemos mantener nuestro esplendor aprisionado, tenemos que soltarlo y dejarlo libertad, sí libre para que se exprese como Él quiera.


23. Cuando nos proponemos a regular y a vivir según el modelo de Cristo comenzamos a transformar nuestra vida a una de mayor bienestar espiritual que es la verdadera libertad.


24. Jesús lo predicó cuando dijo “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”(Juan 8:32) Pero eso no se queda ahí, la libertad que nos ofrece Cristo va más allá, pues nos ofrece una nueva vida cuando decidimos vivir siguiendo el modelo de Cristo.


25. Y la libertad que Cristo nos ofrece no solo nos provee una nueva vida sino que trae salvación. Y todos ustedes saben que la salvación viene como resultado del conocimiento y la práctica de la Verdad y no necesariamente de un rescate sorpresivo afortunado.


26. El punto es que para ser rescatados, si ese fuese el caso, tenemos que haber cumplido los requisitos para cualificar como candidato al rescate. Y eso se consigue conociendo y practicando la Verdad.


27. Cristo es la Verdad de nuestro ser. Cristo es aquello que es eterno en cada uno de nosotros. Cristo es el poder que puede levantarnos a una dimensión espiritual en donde el límite no sea necesario para definir lo que somos.


28. Y todo comienza trabajando con la verdadera libertad que Cristo nos ofrece; y ésta se consigue cuando le demos libertad de expresión a ese esplendor aprisionado.


29. Para esto necesitamos una transformación de nuestra consciencia para comenzar a vivir una “nueva vida en Cristo.”


30. Entonces te invito a que comiences a salir de la prisión del error para que puedas vivir una vida nueva en Cristo, con la libertad que solo Cristo te puede ofrecer. De modo que enumero algunos pasos prácticos que puedes dar para lograr una verdadera libertad.


31. Primero, busca conocer la Verdad. Esto se consigue por medio de la oración, la meditación y el estudio; y haz de esto la prioridad de tu vida. Estudia las Escrituras buscando interpretarlas a la luz de tu propia intuición y experiencia de vida; y vive conforme a la norma de Cristo, que son las enseñanzas del Maestro Jesucristo.


32. Segundo, realiza tus tareas con diligencia haciéndolo todo en “orden y decentemente.” ( 1 Corintios 14:40)


33. Tercero, busca ser una influencia positiva en el entorno en que te desenvuelves y ser un ejemplo de buena voluntad para con los demás.


34. Cuarto, no permitas que ninguna condición humana limite tu libertad de pensamiento, palabra o acción. Las apariencias siempre son temporales la Verdad sencillamente es.


35. Quinto, reconoce el poder del Cristo en ti, y permite que Su poder te libere de toda condición limitante. Esto se logra diciendo y repitiendo las palabras de Verdad tales como: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.


36. De la prisión del pecado a la libertad en Cristo es el camino que todos tenemos que transitar. Piénsalo bien.


37. Meditemos…


38. Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.


39. ¡Amén!



Destacados
Recientes
bottom of page