Libérate del sufrimiento
“El que guarda mi palabra nunca sufrirá muerte.”(Juan 8:52)
1. La realidad es que todos hemos experimentado el sufrimiento de alguna forma u otra. Pero todos también queremos liberarnos de él de la manera que sea.
2. Pero… ¿por qué sufrimos? Esta es una pregunta que muchos filósofos se han hecho. Y tal vez, tú también en algún momento de reflexión te has hecho esta misma pregunta.
3. Sufrimos por muchas razones. Si visualizáramos el sufrimiento como una distribución estadística de razones veríamos que en un extremo tenemos sufrimiento por razones físicas y en el otro extremo sufrimiento por causa de heridas del alma.
4. Por ejemplo todo tipo de limitación para satisfacer nuestras necesidades básicas es causa de sufrimiento. Y toda limitación para satisfacer nuestras necesidades sociales y emocionales son también causa de sufrimiento.
5. Personas que han sido víctimas de abusos ya sea porque han sido golpeados o abusados sexualmente sufren no solo los efectos físicos sino los trastornos mentales y emocionales que les dejan estas acciones en el alma.
6. Las causas pueden ser diversas pero todas van al mismo lugar. Van a cobijarse en nuestra alma para hacerse sentir en todo nuestro ser.
7. A diferencia de otras denominaciones religiosas en donde el alma es sinónimo del espíritu, en Unity, el alma y la mente son sinónimos. Cuando hablamos de alma estamos hablando de nuestra mente.
8. De manera que todo sufrimiento comienza a sentirse por causa de un pensamiento en la mente. Un pensamiento que da lugar a otros pensamientos de naturaleza similar. Pensamientos que se convierten en sentimientos porque empiezan a sentirse no solo en el alma sino también en el cuerpo.
9. Yo diría que las causas más importantes del sufrimiento son cuando somos objeto de abuso, o cuando pensamos de que nos hace falta “algo” como son las limitaciones humanas que nos ahogan, cuando experimentamos
falta de armonía y paz que producen angustia y por causa de nuestra propia ignorancia acerca de la Verdad.
10. También la falta de libertad o esclavitud o dependencia de algo o alguien trae sufrimiento.
11. Observa como el adicto a las drogas sufre buscando liberarse de ese apego. Normalmente da mucho trabajo. Ha vivido su vida en el plano de las sensaciones, buscando satisfacción en cosas externas o algún tipo de escapismo de su realidad circundante.
12. Cuando sale de los efectos de la droga el adicto puede caer en un estado depresivo. Igual ocurre con el alcoholismo. Luego hay angustia y sufrimiento.
13. Cuando dependemos de otras personas estamos subestimando nuestras propias capacidades y todo esto ocurre por ignorancia. Toda esta manera de pensar es errónea y su resultado es el sufrimiento.
14. Sencillamente estamos ignorando el poder que es Dios dentro de cada uno de nosotros. Solo cuando buscamos dentro de nosotros con fe “somos guardados por el poder de Dios.” (1Pedro 1:5)
15. Y pienso que el dolor es la expresión del sufrimiento; podemos sentir un gran dolor en nuestra alma por alguna condición que haya causado algún disturbio o alteración en nuestro ánimo; algún pesar, algún desencanto personal.
16. Podemos sentir dolor físico por alguna herida o por alguna disfunción en nuestro organismo. Pero también se ha dicho que el dolor es debilidad abandonando nuestro cuerpo.
17. Y sobre este punto pregunto yo: ¿No se fortaleció Jesús en su propio dolor y sufrimiento en la cruz? Su fe inquebrantable en Dios pudo más que el dolor y el sufrimiento que padeció por todos nosotros.
18. La conclusión de todo esto es que el sufrimiento es bueno cuando te ayuda a fortalecerte y a acercarte más a Dios. De manera que si de cualquier sufrimiento que hayas padecido o de cualquier experiencia angustiosa que hayas tenido, tú sales más fortalecido en tu fe en Dios, ¡bendecido eres!
19. Las grandes lecciones de la vida muchas veces conllevan sufrimiento y dolor y son la antesala de mayor comprensión, madurez y sabiduría.
20. Tenemos que aprender la lección detrás de toda experiencia dolorosa.
21. Pero el sufrimiento producido por el apego a cualquier cosa material o capricho en nada nos ayuda. Esto es egoísmo.
22. El sufrimiento producido por un bajón en nuestra autoestima en nada tampoco nos ayuda. Es una condición producida por el ego y su antídoto consiste en aprender a desapegarnos.
23. El ego es un núcleo flotante en el éter que atrae a sí mismo las tres fases de nuestro ser, nuestro espíritu, nuestra mente o alma y nuestro propio cuerpo, formando una trinidad capaz de expresarse en este plano de las formas. Es un centro de atracción, y por él y a través de él “deben pasar todos los tesoros de Dios.”
24. El ego es ignorante porque piensa que puede poseer todas las cosas; pero en espíritu y en verdad nada puede poseer. Es solo un centro de atracción y su actividad es atraer pero no poseer. El ego es el yo personal. Cuando el ego desea poseer algo y no lo consigue se frustra y sufre.
25. Jesús dijo: “El que guarda mi palabra nunca sufrirá muerte.” ¿Quién no ha visto la agonía y el sufrimiento de alguna persona en lecho de muerte? ¿Quién no ha escuchado a alguien decir: “hizo su transición tranquila y en paz?
26. ¿Por qué dos personas pasando por el mismo proceso tienen reacciones distintas? Una sufre, y la otra está en paz. La respuesta es, el estado de conciencia. En la consciencia de la primera hay tormento, sufrimiento, oscuridad y un sentido de separación con Su propia divinidad. En la segunda hay fe, armonía y paz; quietud y confianza, no hay temor sino luz y amor.
27. “El que guarda mi palabra nunca sufrirá muerte.” Lo que Jesús está diciendo es que guardemos Su palabra para que podamos sobrevivir cualquier situación funesta que enfrentemos en nuestra vida.
28. Si los vientos huracanados de la vida tocaron a tu puerta y se llevaron todo lo que tenías, no sufras, da gracias a Dios porque tienes una vida que vivir por delante. Busca el reino de Dios, sobre todas las cosas. Pues el Reino de Dios es esa Toda Suficiencia en todas las cosas y es eterno. Satisface todo tipo de necesidad ya sea física o del alma.
29. Y recuerda que todo viene para pasar. “Pues, las cosas que se ven son temporales pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4:18)
30. Para de sufrir y enfoca tu pensamiento en la idea de que “todas las cosas le vienen a bien a los que aman al Señor.” (Romanos 8:28 parafraseado)
31. ¿Qué pasos prácticos podemos dar para dejar de sufrir? El primero, ya lo hemos dicho, guarda las palabras de Jesús. Sigue sus enseñanzas y no te desvíes ni a la izquierda ni a la derecha.
32. Segundo, ten presente que cualquier condición de limitación es temporera. El poder de Dios en ti te guiará para que salgas de ese estado limitante.
33. Tercero: Enfrenta tu dolor con fe, sin miedo. Si éste es la causa de tu sufrimiento, ilumínalo con la luz de tu propio Cristo y verás que es una sombra que se disuelve cuando recibe luz. Y entonces actúa toma la decisión y has lo que sabes tienes que hacer.
34. Cuarto: aprende a desapegarte de las cosas materiales y a valorar más las cosas espirituales. Aprende a disfrutar del placer de ayudar a los demás. Especialmente a aquellos que encuentras en tu camino que están pasando por algún tormento o sufrimiento. A estos dale consuelo.
35. Quinto: Ocúpate de tu propio bienestar espiritual, mantente asistiendo a lugares donde puedas recibir tu alimento espiritual. Aprende a vivir una vida centrada en Dios. Procura que Dios sea el centro de tu vida.
36. Sexto: ya has aprendido lo que es realmente el ego. Por consiguiente, suelta todo tipo de egoísmo y sabe que en espíritu y en verdad no eres dueño de nada, solo un administrador temporero de los bienes de Dios.
37. Séptimo: no te afanes por la vida. Vive un día a la vez y disfruta de lo bueno que cada día te trae. Busca siempre ver tu vida desde la más alta perspectiva, como Dios la ve, una confluencia de posibilidades.
38. Nuevamente recuerda, todo sufrimiento es pasajero y la verdad es que Dios desea darnos vida abundante aquí y ahora.
39. Meditemos…
40. Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.
41. ¡Amén!