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Paz: fruto del Espíritu


“Tú (Jehová) guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera,… Jehová tú nos das paz.”(Isaías 26:3,12)


1. La frase Paz: fruto del Espíritu es bastante bien conocida por los estudiosos de la Biblia. En la epístola del apóstol Pablo a los Gálatas el menciona los frutos del Espíritu y ciertamente encontramos que la paz es uno de ellos.


2. El Espíritu es Dios y Su Presencia en nosotros da mucho fruto y uno de ellos es paz.


3. ¿Recuerdan las palabras del Maestro cuando dijo: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador… Yo soy la vid, vosotros los pámpanos el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto porque separados de mí nada podéis hacer”?


4. Lo que Cristo está diciendo por boca del Nazareno es que Dios es el Labrador; y el Labrador viene antes que la vid.


5. El Labrador siembra su semilla y prepara el terreno para que surja la vid. Cristo es la vid y nosotros somos sus pámpanos. Separado de Él no podemos hacer nada, y yo añado ni tan siquiera tener paz.


6. Pero el profeta Isaías ya lo había dicho varios siglos antes cuando dijo: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera,… Jehová tú nos das paz.”


7. Lo que está diciendo el profeta es que el pensamiento en Dios es el vínculo perfecto de la paz. Dios es fuente de verdadera y eterna paz y solo puede dárnosla cuando permanecemos en Él a través de nuestros pensamientos.


8. Jesús enseñó que Él era la vid y nos dijo que en Él encontramos paz.


9. Entonces aquí tenemos la llave para lograr paz en cualquier situación, solo que requiere que tú tengas o desarrolles la capacidad de cambiar de enfoque ante una situación turbulenta.


10. Cambiamos el enfoque ante una situación turbulenta cuando cambiamos nuestros pensamientos acerca de ella, y ciertas declaraciones afirmadas consistentemente pueden ayudarnos a


producir este cambio.


11. Ante cualquier situación turbulenta, o tal vez amenazante que te ponga inquieto o ansioso tú puedes afirmar paz. No necesariamente paz en la situación, sino paz en ti.


12. Afirmaciones sencillas tales como: “Yo soy paz” o “la paz de Dios es en mí” mantenidas en la consciencia por medio de la repetición mental o verbal nos ayudarán a mantenernos en paz. Las repeticiones son buenas cuando se usan para afirmar algo en nuestra consciencia.


13. Por ejemplo, piensa en la persona que va al gimnasio para fortalecerse y desarrollar el cuerpo que desea por medio de ejercicios repetitivos. Así mismo las afirmaciones dichas en forma repetitiva fortalecen nuestra mente y por ende la consciencia que deseamos expresar.


14. Mi consejo a ustedes es que si no pueden producir en el momento una afirmación de paz, se aprendan estas dos que son fáciles y las mantengan en el almacén de la memoria para cuando necesiten usarlas. Repito: “Yo soy paz” o “la paz de Dios es en mí”.


15. Ahora bien, así como tenemos que practicar la Presencia de Dios también tenemos que practicar la paz. Una de las maneras en que podemos hacer esto en adición a repetir afirmaciones de paz en momentos de quietud es hablando la palabra de paz ante cualquier situación conflictiva en que podamos estar envueltos.


16. Por ejemplo: imagina que dos compañeros de trabajo están discutiendo acaloradamente; puedes intervenir con afirmaciones de paz, habla la palabra de paz con serenidad sin tomar posiciones y a medida que continúes afirmando paz verás que ambas partes se apaciguaran.


17. Lo mismo ocurre en nuestras relaciones familiares; cuando surgen conflictos entre las partes, Dios nos está dando sendas oportunidades para ser embajadores de paz. Nuevamente hay una gran oportunidad que se nos presenta delante de nosotros para practicar la paz. Afirma paz en ti y paz en la situación.


18. Pero ten presente que para disfrutar de paz que es el fruto del Espíritu, tenemos que apropiarnos de ese fruto, porque está en nosotros como la vid también lo está. Pero tenemos que apropiarnos del fruto conscientemente.


19. ¿Qué significa esto? Esto significa que la paz tiene que ser más


importante para ti que ganar un argumento, si deseas disfrutar de paz. Significa que deseas lo más que deseas ser es ser un canal de expresión de la paz.


20. De modo que debes llevar siempre una afirmación de paz a flor de labios para que este pensamiento de entrada a otros pensamientos de naturaleza similar. Se forma una cadena de pensamientos relativos a la paz. Y eso es lo que estamos buscando porque escrito está: “Asimismo lo que tú determines se realizará”. (Job 22:28)


21. La exhortación es: “Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz: y la prosperidad vendrá a ti.” (Job 22:21)


22. Aquí hay un vínculo muy interesante. Se nos dice: la amistad con Dios nos da paz y como resultado seremos prósperos.


23. Yo pienso que ningún hogar que esté en discordia podrá prosperar. Y así mismo vemos que los pueblos que permanecen en guerra no prosperan.


24. La paz no se logra a través de la guerra. Los pueblos que deseen prosperar deben prepararse para la paz, no para la guerra. Y saber que la verdadera paz se logra cuando nuestro pensamiento persevera en Dios.


25. Si tu pensamiento predominante es que todos quieren aprovecharse de ti, no creo que puedas tener paz mental. Si tu pensamiento predominante es que la gente quiere hacerte daño no creo que tengas paz. En una mente como esa morará el conflicto y el miedo.


26. Así como el perfecto amor echa fuera el temor la perfecta paz te hará descansar libre de temores porque sabrás que cuando moras y descansas conscientemente en la Presencia de Dios, no hay nada que temer.


27. La paz es uno de los pilares que nos ayudan a sostener y experimentar una vida de alta calidad. Y como todos de alguna u otra forma deseamos tener una vida de alta calidad es importante que seamos promotores de paz dondequiera que estamos.


28. En nuestros hogares, aquellos que vivimos con nuestros seres queridos, apartemos un momento para elevar una oración de paz y bienestar espiritual. Mira a tus seres queridos, míralos a los ojos y dile unas sencillas palabras de paz.


29. Por ejemplo: puedes decirles: Que la paz de Dios esté siempre contigo


o Dios es fuente de paz en ti. Cualquier afirmación que salga de tu corazón con sinceridad y buena voluntad hará el trabajo.


30. Pero recuerda, si nunca lo has hecho anteriormente, la primera vez tal vez no sea fácil. Pero tampoco es fácil parir por primera vez; habrá obstáculos que vencer para a dar a luz ese primer pensamiento y afirmación de buena voluntad para los demás.


31. Pero una vez rompas las cadenas de la limitación te será fácil hacerlo. Y de ahí en adelante depende de ti mantenerte en el fluir de la paz.


32. De manera que hoy podemos comenzar a ser embajadores de paz practicando algunas afirmaciones sencillas de paz. Comencemos, primero cierra tus ojos por un momento y afirma despacio dos veces audible o silentemente: Yo soy paz. Permanece con tus ojos cerrados y busca sentir lo que estás diciendo.


33. Ahora abre tus ojos y mira a la persona que tienes al lado y dile dos veces despacio: yo soy paz. Sigue mirándola y dile: Tú eres paz.


34. Ahora cierra los ojos nuevamente y afirma dos veces: La paz de Dios es en mí. Busca el sentimiento que eso produce en ti.


35. Ahora afirma: Hay una sola Presencia y un solo poder en todo el Universo, la paz de Dios.


36. Puedes abrir tus ojos. Observa que si practicas la paz usando este tipo de afirmaciones, comenzarás a sentir cambios en tu interior, y eso es lo que estamos buscando, que se manifieste el don de la paz en cada uno de nosotros.


37. Lo que estás haciendo es permitiendo que el Cristo en ti se manifieste como perfecta paz a través de ti en toda circunstancia y en todo momento. Cristo en ti es la paz que andas buscando.


38. Cuando entendemos este principio entendemos lo que quiso decir el profeta Isaías: “Tú (Jehová) guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera.”


39. Cuando la paz fructifique en ti tu vida se llenará de bendiciones hasta sobreabundar. La sanación y la prosperidad vendrán hacia ti en cantidades torrenciales.


40. Y recuerda siempre estas palabras: Paz, aquiétate. Estas dos simples palabras marcan el comienzo de una vida transformada en Cristo, y tal como el Maestro dijo, nosotros también diremos: mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da, sino como la da el Cristo que


mora en mí.


41. Meditemos…


42. Dios te bendice si sabiendo estas cosas las haces.


43. Amén.

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