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Lo que siembras segarás


“Sembraron trigo y cosecharon espinos; se esforzaron, mas nada aprovecharon. Se avergonzarán de sus frutos, a causa de la ardiente ira de Jehová.” —(Jeremías 12:13)


1. El tema de sembrar y segar es uno bastante conocido en todas las religiones cristianas y también por los no cristianos. Algunos la conocen como la ley de siembra y cosecha, otros como la ley del karma, otros como la ley de dar y recibir, y los físicos la conocen como la ley de acción y reacción, y otros como la ley de radiación y atracción.


2. Todos estos nombres significan prácticamente lo mismo y convergen a lo que le llamamos la ley de causa y efecto. La causa es lo que sembramos y el efecto es lo que cosechamos. La siembra es libre, puedes sembrar lo que desees pero la cosecha es obligatoria, recoges el fruto de lo que has sembrado. Todos sabemos esto pero no todos vivimos conscientes de esta gran verdad, que es ley universal.


3. Y, ¿por qué yo digo esto? Lo digo porque muchas veces sabiendo estas cosas no vivimos a la altura de lo que sabemos. Sabiendo que toda siembra conlleva un acto de dación, muchos optan por no sembrar porque sencillamente no quieren dar, y algunos no dan por causa de un olvido voluntario o involuntario, otros por miedo a perder lo que siembran y otros por egoísmo y avaricia.


4. Por ejemplo: Todos sabemos que debemos ser amables con las personas para que las personas sean amables con nosotros. Sin embargo, algunos optan por no ser amables por temor a que la gente se aproveche de ellos. Otros siendo amables tienen experiencias contrarias. Y una de ellas es cuando alguien se te acerca y te dice las verdades en la cara de una manera grosera; entonces reaccionas y te distancias de esa persona porque sientes que te han herido.


5. Y otra es cuando una persona nos insulta por la razón que fuere y nos lanza palabras hirientes. En lugar de permanecer callados y tranquilos reaccionamos rápidamente contestando de una manera violenta justificando nuestras acciones y razones.


6. Amigos, allá afuera ocurren eventos, y cosas que tocan la fibra más íntima de nuestra alma, de nuestro yo personal. Y cuando esto ocurre reaccionamos de una manera que no está a la altura de lo que hemos


aprendido, ya sea porque sentimos que han tocado un punto vulnerable en nuestra alma o porque el ego en su orgullo no lo acepta. Estos eventos son las lecciones y las verdades que tenemos que aprender.


7. Nuestra primera reacción es no aceptarlas. Pero si nos vamos a reflexión descubriremos que son la verdad, la verdad que siempre hemos sabido acerca de nosotros mismos y que no hemos aceptado. Entonces: ¿Por qué? ¿Por qué razón nos cuesta tanto trabajo cambiar nuestras creencias y especialmente nuestras actitudes y comportamiento hacia nosotros mismos y hacia los demás?


8. ¿Por qué razón muchas veces decimos que “creemos” pero en el fondo de nuestros corazones hay duda y por causa de ella “no creemos” cuando sabemos y escrito está que “al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23)?


9. La verdad es que hemos sembrado muchos principios espirituales en nuestra mente o nuestra consciencia pero todavía no está lista para la cosecha. Y mientras el tiempo pasa aun “sembrando trigo, cosechamos espinos y no aprovechamos nada a causa de la ardiente ira de Jehová.” (Jeremías 12:13 parafraseado)


10. Dices: “pero si yo me he portado tan bien con mis hijos, ¿por qué es que ellos me tratan tan mal, hijos mal agradecidos?” O “todo se lo he soportado a mi marido, he hecho lo imposible para mantener nuestro matrimonio, y mira como me paga”. Nuevamente, “sembrando trigo, cosechamos espinos y no aprovechamos nada a causa de la ardiente ira de Jehová.” (Jeremías 12:13 parafraseado)


11. Pero preguntarás: ¿Qué es la ira de Jehová? ¿Acaso Dios está enojado conmigo, es Dios, un Dios vengativo? Aquí se me ha enseñado que Dios no es un Dios vengativo que Dios es amor. Entonces, ¿por qué encontramos estas palabras en Las Escrituras?


12. La respuesta es que las Escrituras nunca se pueden tomar literalmente, porque pueden retardar nuestro progreso espiritual. Desde una perspectiva espiritual la ira de Jehová son los efectos que se producen no solo en tu mente, sino también en tu cuerpo y asuntos cuando el Espíritu Santo comienza a hacer una labor de limpieza en tu consciencia.


13. Lamentablemente muchas veces cuando empezamos a hacer una limpieza profunda en la casa empiezan a salir todo tipo de basura, polvo, las cucarachas, un lagartijo muerto en alguna esquina, y tal vez un ratoncito que ya está seco y los malos olores.


14. Y personalmente, en nuestras vidas he escuchado decir a personas “la


vida me apesta.” ¿No es así? Pero todo esto es parte del proceso de limpieza. Queridos amigos esta es “la ira de Jehová”.


15. ¿Significa esto que no debemos limpiar la casa? ¡De ninguna manera! La limpieza es necesaria como necesario también es que pases por la experiencia del proceso de limpieza. Y el sufrimiento es parte de ese proceso y va con la limpieza; y es necesario para edificar una nueva consciencia. ¿Significa esto que el sufrimiento es bueno? A nadie le gusta sufrir y en este sentido no es bueno. Pero es necesario para edificar una nueva consciencia.


16. Por ejemplo: cuando hacemos el bien y lo que cosechamos es desprecio, el ego se hiere y sufre, especialmente, cuando se trata de nuestros seres queridos. Pero detrás del sufrimiento hay una lección que se nos presenta y es tu prerrogativa y la mía aceptarla y apropiárnosla en nuestras acciones y maneras de vivir.


17. La lección debe ser correctamente comprendida, con comprensión espiritual. La lección no es: “bueno entonces seré indiferente, o bueno los trataré como me tratan a mí o mantendré una distancia.”


18. Tenemos que mantenernos en la siembra de trigo aunque lo que veamos sean espinos porque como dice el refrán: “a su tiempo se maduran las uvas,” y poco a poco saldrá una plantita aquí y otra allá hasta que todo el campo florezca con el trigo.


19. Y escrito está: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” (Gálatas 6:9)


20. ¿Es fácil hacer el bien cuando recibimos indiferencia y desprecio? No es fácil, pero nos conviene perseverar en el bien, perseverar en la amabilidad, perseverar en la bondad y perseverar en la generosidad.


21. La vida de Jesús no fue fácil, fue perseguido, atado, abofeteado, azotado y ejecutado. A Pablo le pasó algo similar. Pero ni el uno ni el otro renunciaron a sus ideales y lucharon hasta la muerte.


22. Sabemos estas cosas, pero cuántos de nosotros hemos comenzado a sembrar en nuestra consciencia ideales y hemos terminado abandonando la siembra en busca de nuevos pastos. Y lo hemos abandonado por cualquier tontería, por algo que no nos gustó.


23. El lugar donde estás tierra santa es. Estas son palabras que decimos una y otra vez pero todavía no sabemos ni entendemos lo que decimos. El lugar donde estás tierra santa es.


24. El lugar donde estás es el escenario de tu vida, es el campo en donde tienes que sembrar con perseverancia y con fe. No vas a crecer huyendo a otro campo o alejándote del que tienes enfrente. Dios te ha puesto en tu campo porque es ahí que tienes que crecer, es ahí donde tienes que sembrar y es ahí donde pacientemente debes esperar la cosecha del fruto que has sembrado.


25. Esto, queridos amigos, tenemos que entenderlo y tenemos que apropiarnos de esta gran verdad, tenemos que vivirlo, y laborar día a día en el huerto que se nos ha dado con sus plantas, con los animales, y con las personas que también laboran en ese campo.


26. ¿Por qué? Porque el lugar donde estamos tierra santa es. Y ahí donde estamos tenemos que buscar a Dios para que nos ayude y nos guíe en nuestro desarrollo espiritual y a llevar a cabo el plan que Él ha dispuesto para nosotros. ¿Es fácil? No es fácil, pero tampoco es imposible.


27. Lo que siembras segarás. Cada vez que hablas riegas las semillas que eventualmente van a crear y formar tu mundo. Yo le llamo palabras-semillas. Y tus mismas palabras te justificarán o te condenarán y no importa cómo trates de justificar tus palabras la ley de siembra y cosecha es una ley exacta en donde cosechas lo que has sembrado.


28. Tus palabras-semillas encierran tus más íntimas motivaciones, entonces cuídate de que tus motivaciones sirvan siempre a los más altos ideales, de amor al prójimo, amabilidad, bondad y generosidad.


29. No dejes de actuar de buena fe y no te dejes llevar por lo que tú puedas pensar acerca de tu prójimo. A veces decimos: “¿por qué le voy a hacer un favor si ese es un malagradecido?... que se fastidie.”


30. Pues tus motivos constituyen la sustancia que dará el fruto de tu siembra. Si la sustancia es buena, dará fruto bueno y si la sustancia está llena de egoísmo, maldad o venganza dará fruto malo. Pues como dijo el Maestro, “Por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:20)


31. Entonces empléate cada día de tus días en el negocio de la amabilidad, la bondad y la generosidad. Conviértete en un agricultor de palabras-semillas que den buen fruto. Tú sabes hacer estas cosas. Tú conoces el proceso de sembrar, cosechar y segar.


32. Decídete ahora a cambiar tu comportamiento habitual y a insertar y expresar una nueva consciencia en tu manera de vivir. Deja de estar justificando tu presente comportamiento y comienza a comportarte como un verdadero cristiano practicante o mejor como un Cristo divino y viviente, que todos puedan ver en ti dondequiera que vas y dondequiera


que estás.


33. Este es nuestro destino viviente, encontrarás grandes obstáculos pero deja que el Cristo que mora en ti te recuerde que “todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra.”


34. Aunque en el mundo encuentres tribulación te levantarás porque el Cristo mismo dijo “yo he vencido al mundo.”


35. Meditemos…




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