Servicio Domingo de Resurrección
Hoy celebramos uno de los acontecimientos más grandes que ha visto la humanidad. La resurrección de Jesús.
El Maestro Jesucristo resucita al tercer día después de morir físicamente en la cruz.
La resurrección es el levantamiento del hombre entero – espíritu, alma y cuerpo a la conciencia crística de vida y perfección (la cuarta dimensión).
Todos nosotros o la inmensa mayoría de nosotros celebramos este día todos los años.
Sin embargo, la mayoría todavía no ha comprendido el significado que este acontecimiento tiene en nuestras vidas. Y muchos en el mundo cristiano todavía le dan más importancia a la muerte de Jesús en la cruz que a Su resurrección. Pero todo esto está cambiando.
Aquellos que han entendido el significado de la resurrección todavía piensan que sólo Jesús es capaz de lograrlo.
Como dije hace unas semanas atrás esto es algo que está al alcance de todos.
La mayoría de los seres humanos no le dan mucha importancia a este asunto de la resurrección.
Mientras más jóvenes somos menos pensamos en la muerte. Nos parece que vamos a vivir para siempre aquí en este plano físico.
A medida que vamos adquiriendo más edad comenzamos a ver la vida desde otra perspectiva. Pensamos, tengo que planificar para el futuro, necesito ahorrar para dar una buena educación a mis hijos y asegurarme un buen retiro.
Nos llega la edad del retiro, pero seguimos afanando todos los días, los días pasan y la muerte se nos acerca cada vez más.
A medida que seguimos avanzando en edad comienzan cada vez más los dolores y los padecimientos en el cuerpo. Las visitas médicas, los exámenes médicos y de laboratorio, los medicamentos son comunes, y forman ya parte importante de nuestra vida.
Llega un momento en nuestras vidas cuando empezamos a sentir que el tiempo aquí se nos hace cada vez más corto y pensamos y sentimos que en cualquier momento nos sorprende la muerte. Y así como pensamos, así es.
La muerte llega y nos lanza al otro lado de la vida.
Yo nunca he estado cerca de la muerte. Sin embargo, he estado cerca de personas que han estado agonizando; y percibo que estas personas saben que están cerca del final; no solo lo saben, lo sienten, no solo lo sienten, están totalmente seguros que están llegando al final de sus vidas, y así como piensan así es para ellos.
Y yo les pregunto a ustedes, especialmente a los estudiantes de la Verdad; ¿tiene que seguir siendo esto así?
¿Hemos aprendido a amar la vida en todas sus dimensiones?
No, realmente no. La mayoría de nosotros lo que amamos es el dinero y las posesiones materiales. Esos son los dioses de la mayoría. Ahora bien, no está mal que luchemos por tener un techo, y por satisfacer nuestras necesidades materiales, pero no podemos hacer de esto el objeto de nuestra vida, porque más allá de lo material está lo espiritual y tenemos que luchar por satisfacer nuestras necesidades espirituales.
¿Acaso nos hemos puesto a edificar y desarrollar la vida interior en nosotros?
No, realmente lo que hemos hecho es gastar las corrientes de vida corporal.
Sin embargo, nosotros como estudiantes de la Verdad tenemos la gran oportunidad de revertir este proceso. Nosotros comprendemos al menos intelectualmente el proceso mediante el cual podemos lograr la resurrección en nosotros.
Y lo hacemos visualizando la vida espiritual acelerando los doce poderes del hombre. Lo hacemos afirmando vida en nuestro cuerpo.
Recordemos las palabras del maestro: “Yo soy la resurrección y la vida.” (Jn 11:25) y comprobó esta verdad resucitando Su cuerpo. Jesús comprobó y demostró que el cuerpo puede ser transformado e integrado (espíritu-alma y cuerpo) por la acción del pensamiento y la palabra.
Nosotros, como estudiantes de la Verdad, tenemos que ser responsables con nosotros mismos y dedicarnos a encontrar dentro de nosotros mismos esa resurrección que Jesús demostró al mundo entero.
Yo les exhorto a que comencemos a cambiar el objeto de la celebración del día de hoy. Que tal, si en adición a la celebración de la resurrección de Jesús comenzamos a celebrar hoy y todos los años venideros las inmensas posibilidades que tú y yo tenemos de resucitar nuestro ser entero - nuestro espíritu, alma y cuerpo.
Piensen en eso, celebrar nuestras inmensas posibilidades de resurrección.
Debemos pensar esas posibilidades, vivir esas posibilidades, comprometernos, confiar, perseverar, tener valor, perdonar, tener esperanza, crecer, seguir el ejemplo vivo de Jesús, y saber que Dios es capaz, que a Dios le importa y que el Espíritu de Verdad lo hará.
Y así como lo hizo para Jesús lo hará contigo y conmigo; Si podemos creer.
“La promesa de Jesús para cada uno de nosotros es: “El que cree en mí, aunque muera vivirá.” Esto significa que aunque el ser humano, por ignorancia, ha desarrollado estados mentales destructivos que se expresan como condiciones limitadoras, él puede a través de la fe en Cristo, vencerlas y vivir una vida nueva y mejor.”
Y el resto de la promesa es que: “Todo aquél que vive y cree en mí no morirá jamás.” Esto significa que los que viven en armonía con las leyes espirituales podrán por medio de una fe persistente, alcanzar la vida eterna.
El punto cardinal en la enseñanza de Charles Fillmore es que toda persona debe encauzar sus esfuerzos hacia esa meta, y él dice: “La vida eterna significa existencia continua y conciente en el cuerpo.” (Leer Tu Esperanza de Gloria p. 228)
A ti y a mí nos llegará un momento en nuestro desenvolvimiento espiritual sea en esta vida o en futuras vidas para aquellos que crean en dónde la resurrección de nuestro cuerpo dejará de ser una opción más en nuestras vidas para convertirse en la única opción y objeto de nuestras vidas. ¡Dios les Bendice!
Y ahora demos inicio a nuestro servicio interactivo…
MINISTRO:
Creo en un solo Dios todopoderoso de paz, amor, gozo, y vida. Padre y Creador de todo bien.
CONGREGACION:
Y en el Cristo, nuestro Señor, mediante cuyo poder soy liberado del mal, el pecado y la enfermedad.
MINISTRO:
Creo en mí y en Dios dentro de mí.
CONGREGACION:
Y en mi poder a través de Cristo para contemplar en mí el Hijo de Dios, pues ese soy yo en Verdad.
MINISTRO:
Creo en mi prójimo, en Dios en él.
CONGREGACION:
Y en Su poder para llenarlo de todo bien, porque Dios, en medio de él, es Todo-Bien.
MINISTRO:
Creo en el perdón de los pecados.
CONGREGACION:
Que ocurre cuando a través del Cristo en mí yo remito, suelto [y dejo ir] el pecado de mi conciencia.
MINISTRO:
Creo en la resurrección del cuerpo a la vida y salud perfecta.
CONGREGACION:
Que se logra cuando mediante el Cristo, el cuerpo se levanta de la creencia en el pecado, la enfermedad y la muerte.
MINISTRO:
Yo creo en el eterno gozo, amor, paz y vida.
CONGREGACION:
Que son alcanzados cuando, por medio del conocimiento de la Verdad, contemplamos el cielo en el mismo centro de nuestro ser. Amén.
MINISTRO:
i Oh Señor Dios, despierta en nosotros la visión, de que mirando dentro de esas paredes carnales de Tú templo, contemplamos Tú Espíritu ahí! Enciende en nosotros el fuego consumidor de Tú amor que quema todo desecho de error, y hace de nuestros corazones un santuario sagrado para Tu morada. Danos a conocer Tu gozo; así como nosotros gozosamente revelamos Tu Hijo dentro de nosotros, con paciencia, tolerancia, y con infinitos pensamientos, palabras y acciones de amor.
CONGREGACION:
Por medio del poder del Cristo viviente despierto a nueva vida.
MINISTRO:
Tal vez pensemos en una persona amada que está lejos de nosotros o que ha hecho su transición al reino que está más allá de lo físico. Aquietémonos, y afirmemos para esta persona amada el mismo pensamiento todos juntos:
MINISTRO Y CONGREGACION:
Por medio del poder del Cristo viviente despiertas a nueva vida.
MINISTRO:
Cómo encontramos a Dios es menos importante que encontrar a Dios. Se nos asegura que si verdaderamente Lo buscamos con todo nuestro corazón, de seguro Lo encontraremos. Algunas veces podemos expresar más cabalmente nuestros sentimientos y deseos con un simple acto de fe que por medio de palabras. En cualquier caso se emplea un símbolo. En uno de los casos simbolizamos pensamiento y sentimiento por medio del lenguaje de la palabra y en el otro caso por medio del lenguaje de la acción. De manera que hoy con flores ofrecemos nuestra devoción con una oración activa de fe.
Dejemos [que este recipiente redondo] simbolice la vida infinita de Dios. [Este] es circular y sin fin para recordarnos que la vida de Dios no tiene principio ni fin. Es de color [transparente o blanco] simbolizando [que proviene de una fuente invisible que da a expresión la vida abundante en el mundo natural.]
La vida en cada uno de nosotros es parte de la vida mayor en Dios. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos”, dijo Jesús. Es dentro de nosotros que la vida de Dios se manifiesta. Mientras más conscientes vivamos de la Presencia de Dios, más bella y radiante será nuestra vida y más gloriosa será para nosotros.
Les invitamos a que vengan al frente y depositen su flor en el [recipiente]. Con la flor se te dará una bendición escrita, que ha sido preparada para ti con mucho amor y oración. Te invitamos a que la guardes y la memorices, y confiamos que por medio de la ley de atracción recibirás aquella bendición que más te ayude e inspire para enfrentar los retos y oportunidades que están ante ti.
A medida que colocas la flor en el [recipiente] hazlo con el pensamiento conciente de que depositas tu vida en la vida infinita de Dios, y reconociendo que tu vida está segura y amorosamente sostenida en Sus manos. Tal vez mientras haces esto, venga a tu mente un pensamiento de un deseo muy profundo de tu corazón. Si es así, colócalo también en la circunferencia infinita de la vida de Dios.
MINISTRO Y CONGREGACION:
Damos gracias por ser parte de esa vida mayor que hay en Ti, querido Dios. Alabamos y bendecimos Tu nombre. Amén, amén, amén.