Servicio de Acción de Gracias
“Dad gracias en todo.”(1 Tesalonicenses 5:18)
Tanto en la contraportada de la Palabra Diaria de noviembre y diciembre como en el mensaje del día de hoy aparece la afirmación “En todo, doy gracias”.
Ayer cuando escuchaba las noticias fue interesante escuchar que alrededor de 50 millones de estadounidenses iban a viajar por aire para reunirse con sus familiares e igual número iban a viajar por carro para hacer lo mismo y celebrar juntos el día de acción de gracias.
Es fascinante ver cómo un 30% de la población se movió para unirse a su familia y celebrar juntos este día tan especial para ellos.
Y no menos importante es ver las innumerables acciones de dación desinteresada alrededor del este día de acción de gracias. Por ejemplo en MSN salió la noticia de lo que el dueño de un compañía del cuidado de la salud en el hogar hizo por sus empleados; él repartió entre todos sus empleados 22 millones de dólares de sus propio peculio.
El inesperado dinero abarcó regalos de 50 dólares a los empleados más recientes hasta miles de dólares a los de más antigüedad.
Pero por encima de todo esto está la filosofía o los principios que guían a esta empresa a realizar la labor de cuidado de la salud en el hogar. Ellos proclaman tener una manera de hacer su labor y la describen como “La luz que brilla dentro de cada uno de nosotros — un espíritu que nos conecta unos con otros, un espíritu más grande que nosotros. Este espíritu le da sentido a nuestras vidas y a nuestro trabajo y nos une con el propósito de proveer apoyo y cuidado a personas necesitadas.”
Al leer esto estuve meditando acerca de nuestra comunidad espiritual, su propósito, misión y visión.
Está establecido que nuestro propósito es hacer del cristianismo una práctica cotidiana que transforme nuestras vidas. Pero esto va más allá, es hacer que esa luz que hay dentro de cada uno de nosotros brille con mayor intensidad en nuestra conciencia, en nuestros quehaceres de la vida cotidiana tratando a nuestros semejantes cada día con más amor y compasión.
Nuestra misión dice: somos un centro espiritual positivo, progresivo y práctico dedicado a amar, educar, orar, transformar y renovar vidas. Pero ¿qué significan estas palabras? Significan mucho más de lo que literalmente pueden dar a entender estas palabras.
Queremos fomentar un espíritu de unidad y solidaridad, queremos contribuir al desarrollo y desenvolvimiento de tus potencialidades espirituales, educándote acerca de los principios espirituales de justa acción, queremos orar contigo para que sigas progresando espiritualmente y capacitándote para que puedas hacer frente a los retos que la vida te presenta, de manera tal que seas transformado en una nueva criatura en Cristo. Esa es nuestra verdadera misión.
Y a medida que hacemos esto, nos visualizamos convirtiéndonos en una influencia positiva en nuestra sociedad y en el mundo entero, libre de dogmas y creencias sectarias, fomentando la unidad y el amor incondicional.
Hoy celebramos aquí el día de acción de gracias, una gran oportunidad para dar gracias a Dios por las bendiciones que recibimos de Él todos los días. El espíritu de este día debe evolucionar en la consciencia de cada uno de nosotros para que se convierta en el espíritu que nos anime todos los días.
Hacemos todos juntos la afirmación de nuestro centro diciendo después de mí: Damos gracias a Dios por nuestro Centro, lo bendecimos con abundancia y prosperidad, lo vemos lleno de personas amorosas comprometidas con su expansión y con su propio crecimiento, juntos prosperando en amor y unidad. Gracias Padre, gracias Dios, amén
Y dicho esto, es hora de bendecir nuestros alimentos con las siguientes palabras: “Bendecimos las manos que tan amorosamente han preparado estos alimentos. Te damos gracias hoy por este momento tan especial, donde nos unimos con una oración de gratitud que sale desde lo más profundo de nuestros corazones porque sabemos que Tú nunca nos has desamparado, porque siempre has permanecido a nuestro lado respetando lo que con tanto amor nos diste desde el principio que es nuestra libertad de pensar, sentir y actuar. Hoy más que nunca te damos gracias por tu divina Presencia en cada uno de nosotros y con gran devoción te dedicamos este día reconociendo tu infinito amor buscando expresión a través de cada uno de nosotros.
Y parafraseando las palabras del apóstol Pablo digo: Por esta causa doblamos nuestras rodillas ante Ti querido Padre, para que nos des, conforme a las riquezas de tu gloria, el ser fortalecidos en nuestro interior con poder por tu Espíritu, a fin de que arraigados y cimentados en amor, podamos comprender la magnitud del amor de Cristo, amor que excede todo conocimiento, y de esta manera ser llenos de toda la plenitud de Dios.
A ti querido Dios sea la gloria por los siglos de los siglos amén.
Dios les guarda y les bendice. ¡Amén!