Progresando por la Gracia de Dios
“Yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy…” (1 Corintios 15:9-10)
Se habla mucho acerca de la gracia de Dios, pero ¿qué es la gracia de Dios? La respuesta más rápida es que la gracia es el amor de Dios en acción.
Como seres espirituales que somos muchos son los errores que cometemos a medida que pasamos por esta experiencia humana.
El mismo Pablo dice que no es digno de ser llamado apóstol por el error que cometió de perseguir a la iglesia de Dios.
Pablo continúa diciendo: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.” (1 Corintios 15: 10)
No hay duda de que Pablo sobresalió sobre los demás por la labor al la cual se encomendó en cuerpo, alma y corazón. Pues trabajó y viajó y predicó mucho más que los demás. Y por la gracia de Dios llegó a ser lo que fue.
Pero cuando él dice: “…antes he trabajado más que todos ellos; aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo”, vemos claramente que la gracia no solo es la misericordia de Dios haciendo Su labor, sino que es también la fuerza que impulsó a Pablo a realizar su obra.
Y que bueno es saber esto y que la gracia de Dios está disponible para todos sin excepción de personas, disponible a todos por igual.
Entonces, ¿por qué y para qué debemos buscar apropiarnos de la gracia de Dios? Debemos procurar apropiarnos de la gracia de Dios para nuestro progreso humano y espiritual.
Venimos a este planeta con un propósito, pero la mayoría de nosotros entendemos que el propósito es hacernos ricos, o llegar a ser famoso, una celebridad, o tener éxito. Muchos creen que han venido para tener una familia y criar a sus hijos.
Todo esto y mucho más es parte del quehacer humano, son las actividades que son inherentes al ser humano y a su vida social.
Y la gracia de Dios nos ayudará y nos impulsará a realizar exitosamente todas esas actividades humanas si tenemos fe en el poder de Dios obrando en y a través de nosotros.
Juan el Bautista testificó acerca de Jesucristo diciendo: “De su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia.” (Juan 1:16) Es decir que de Jesucristo recibimos gracia sobre gracia todos sin excepción.
Recibir “gracia sobre gracia” es equivalente a decir “bendición tras bendición” (Juan 1:16 nota r). Cuando bendecimos hacemos surgir la acción de Dios o el bien de Dios sobre algo o alguien. (LPR p. 26)
De manera que la gracia es el bien o la bendición de Dios haciendo una labor progresiva y progresista en nuestras vidas y asuntos.
Para progresar verdaderamente, necesitamos la gracia y/o la bendición de Dios en nosotros. Pero ya esto ha sido dado por medio de Jesucristo a todos nosotros.
Pues si ya es nuestra, el próximo paso es apropiárnosla conscientemente afirmando lo que ya es nuestro por derecho de nuestra divina filiación; por el derecho que tenemos por ser hijos de Dios, la gracia de Dios en nosotros.
Podemos afirmar: Por medio de la gracia de Dios mi vida es bendecida, abundante y próspera.
Con cada persona con la cual hagas contacto dile mirándola a los ojos: “La gracia de Dios es contigo.” Con calma mira a la persona que tienes a tu lado y con toda tu alma y desde lo más profundo de tu corazón mirándola a los ojos dile: “la gracia de Dios es contigo.”
¿Cómo te sentiste? Si tus palabras salieron del corazón algo bueno ha fluido de ti hacia afuera. Y esto es una gran bendición para la persona que la ha recibido.
Si lo dijiste de la boca para afuera, el trabajo no está completo. Has mantenido en cautiverio la esencia de la gracia, y no has permitido que haga una labor completa, e íntegra.
Piensa detenidamente en esto que te acabo de decir y si lo has dicho de la boca para afuera busca descubrir qué te ha limitado. ¿Por qué no te has atrevido?
Por miedo a ¿qué? A nadie le amarga un dulce; y si alguien te rechazara por decir: “La gracia de Dios es contigo” esa persona no ha reconocido la verdad que le has dicho y es su responsabilidad reconocerla, aceptarla y expresarla. Ya eso no es asunto tuyo. Tú has hecho tu parte. Siéntete contento y feliz contigo mismo.
Afirma como Pablo: “por la gracia de Dios soy lo que soy un ser espiritual sano, puro, perfecto y próspero.”
La gracia de Dios multiplica todas mis riquezas espirituales y materiales.
Personalmente no puedo menos que aceptar que por medio de la gracia de Dios mi vida ha sido lo que ha sido. Todas las aparentes derrotas y maldiciones se han convertido en bendiciones por la gracia de Dios.
Los grandes desafíos y aparentes estrecheces económicas que he tenido se han convertido en bendición por la gracia de Dios.
La destrucción, el caos y el desorden que una vez reinaron en nuestro entorno se transformó en una renovación y en un orden superior de vida, por la gracia de Dios.
La gracia de Dios es el poder de Dios prosperándonos en todas las fases de nuestra vida. Por la gracia de Dios he vivido todos mis años aprendiendo cada día más acerca de la naturaleza de Dios y mi relación con Él.
Y por la gracia de Dios todos podemos comenzar a entrar en la regeneración.
Por estas razones vamos a dejar de estarnos quejando por cualquier tontería, o vociferando nuestro antagonismo por cosas que no tienen importancia y busquemos la armonía y la paz permitiendo el fluir de la gracia de Dios a través de nosotros impregnando todo lo que esté a nuestro alrededor, sin excepciones.
Mientras escribía este mensaje vino a mi mente que esta comunidad surgió por la gracias de Dios y que la gracia de Dios está en esta comunidad espiritual.
Por la gracia de Dios estamos en el lugar que estamos.
Yo veo en cada uno de ustedes un potencial espiritual, tal vez algunos más activos que otros pero puedo ver el interés que ustedes tienen por evolucionar espiritualmente.
Hoy mi llamado a ti es que te comprometas más, sí, que te comprometas más trabajando para la obra de Dios a través de nuestra comunidad espiritual permitiendo que la gracia de Dios fluya a través de ti diariamente.
“La meta de la fe cristiana no es saber más, sino más bien hacer más con lo que sabemos.” (C. Nieuwhof)
Y a medida que haces más con lo que ya sabes progresas más por la gracia de Dios. ¿No es así?
Nuestra misión dice: Somos un centro espiritual positivo, progresivo y práctico dedicado a amar, educar, orar, transformar y renovar vidas.
Existe la posibilidad de que este año se produzca una reestructuración de nuestra comunidad espiritual. Que se generen cambios y te invito a que seas parte activa en el proceso de cambio.
Ustedes saben que una de mis metas es hacer crecer esta comunidad espiritual.
Y está sobre el tapete desarrollar una serie de video cortos para publicarlos en las redes sociales.
Te invito a que te acerques a mí con tu propio testimonio de cómo estas enseñanzas han cambiado tu vida. Y juntos podemos desarrollar el libreto de un video corto para publicarlo por las redes sociales.
Por ejemplo, hoy podría ser un excelente día para reflexionar cómo la gracia de Dios te ha ayudado a progresar y que vas a hacer de aquí en adelante para que la gracia de Dios siga fluyendo conscientemente a través de ti.
La gracias de Dios está tocando a tus puertas, levántate, abre la puerta y siente la infusión del bien de Dios enriqueciendo tu vida de maneras que nunca soñaste.
Dios te bendice porque sabiendo estas cosas las haces.
Meditemos…
¡Amén!