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Qué Hay Detrás de Toda Escasez?

“… mas los que esperan en Jehová, tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.” (Isaías 40:31)


Como bien ustedes saben en este mes estamos tratando con el tema de Dios como esa Toda-Suficiencia-en-Todas-las-Cosas. Los estudiantes de la Verdad han estudiado una y otra vez que Dios es un Padre providente, que ha provisto para cada uno de nuestras necesidades.


Sabemos y escrito está que “antes que clamen yo responderé” (Isaías 65:24) porque Dios conoce las necesidades de nuestros corazones.


​Y cuando Jesús le enseñó a Sus discípulos a orar, incluyó el tema de la provisión en la frase “danos hoy el pan nuestro de cada día” precisamente porque el hombre necesita su pan diario y solo Dios tiene la capacidad de proveer al hombre lo que diariamente él necesita.


Si reflexionamos un poco más acerca de esto encontraremos que Jesús nos hace un llamado para que nos dirijamos diariamente a Dios, la Fuente de nuestra provisión.


La semana pasada Cornelio nos hablaba de Dios como sustancia, y decía que la substancia es lo que está debajo o detrás de todo lo creado; y que en cada día hay suficiencia, y que hay tesoros en los cielos.


Pero aun sabiendo todo esto, todavía experimentamos escasez en nuestras vidas. El dinero que nos llega no es suficiente para pagar las facturas. Cuando cobramos el dinero que recibimos se escapa como agua entre los dedos de nuestras manos y nos sigue faltando más para cubrir los gastos y las deudas que han quedado sin pagar.


De alguna manera existe una desconexión en lo que hemos aprendido acerca de la Verdad y nuestra experiencia de vida. Y esta realidad también se acentúa en la vida de muchos líderes religiosos que hablan de prosperidad y no tiene en qué caerse muertos.


Jesús dijo “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan 10:10)


Observen que Jesús no dijo “para que la tengan en escasez”, sino “para que la tengan en abundancia.”


Entonces, ¿será que Jesús nos mintió? Porque, ¿cómo es que Él dice “Yo he vendido para que tengan vida en abundancia” y experimentamos todo tipo de escasez? ¿Dónde está el problema y cuál es la solución? ¿Qué es lo que hay detrás de este sentimiento de escasez que estoy experimentando en mi vida?


Estamos en busca de la verdad acerca de esa Toda Suficiencia en todas las cosas.


Existen varias causas que están generando esa condición en nuestras vidas. La primera es el desorden. Hay caos en tu vida, y el caos genera escasez.


Y esta condición comienza en la mente; existe confusión y no sabes qué hacer, estás indeciso.


En Génesis vemos como Dios trató con esta condición. “La tierra estaba desordenada y vacía” (Génesis 1:2) Fíjate que el acompañante del desorden es el vacío. Hay falta de contenido, no hay fruto.


Y lo que comienza en la mente se extiende a nuestro entorno y eventualmente a nuestras circunstancias.


El remedio para este mal consiste simplemente en comenzar a poner tus pensamientos en orden y asignar prioridades a tus asuntos. Y tu primera prioridad es consultar a Dios antes de tomar una decisión. Lleva tu consulta al centro de tu corazón y actúa con el corazón y no con el intelecto.


Ordena tu casa, asigna un lugar para cada cosa y mantén cada cosa en su lugar. Esto es una tarea que requiere tiempo, esfuerzo y sobre todo determinación. Si tomas algo de algún lugar devuélvelo al lugar de donde lo sacaste.


En este proceso te vas a dar cuenta de que tienes más de lo que pensabas que tenías, muchas de ellas son cosas que ya no usas. Regálalas o véndelas pero no las votes a menos que estén inservibles. De manera que vas a hacer una sabia disposición de todo lo que no necesitas.


Esta lección nos fue dada cuando Jesús realizó el milagro de la alimentación a los cinco mil, recogiendo en 12 cestas lo que sobró.


Luego ordena tu lugar de trabajo lo mejor que puedas y mantén una consciencia de orden diariamente en el desempeño de tus labores de la misma manera que Jesús ordenó Su vida y sus actividades ministeriales.


Observa que cuando se le informó que Lázaro había muerto Él no dejó lo que estaba haciendo, sino que “se quedó dos días más en el lugar donde estaba.” (Juan 11: 6) Luego fue a ver a Lázaro e hizo lo que tenía que hacer.


Esto nos enseña que si estamos dentro de alguna actividad laboral o de la índole que sea debemos terminarla para luego comenzar la siguiente. Esto lo vemos también en el proceso creativo y es el fundamento del orden. Cuando comienzas a ordenar tu vida, verás que poco a poco la escasez comienza a desaparecer y comienzas a ver abundancia en todas partes.


Te exhorto a que dediques tiempo diariamente a ordenar tus pensamientos, tu entorno, tu medioambiente y circunstancias. Tu vida cambiará y comenzarás a progresar.


La segunda condición detrás de la escasez es la falta de amor. La culpa al igual que el miedo detiene el fluir del amor. Primero nos culpamos por los errores u horrores que hemos cometido en el pasado y nos vengamos contra nosotros mismos por dichos errores. Algunas personas llegan al extremo de agredirse físicamente a sí mismas. Entiende que si estás en ese estado de consciencia te estás destruyendo a ti mismo.


También podrías estar culpando a otros de tu presente condición de escasez. Esto en nada te ayuda a tener buenas relaciones con tu prójimo. En ambos casos no existe el fluir del amor. La falta de amor genera pobreza y escasez. Pues como dice la canción “El amor es el imán que atrae bien y riquezas sin fin.”


El remedio para esta condición tú ya lo conoces pero no lo has integrado a tu vida cotidiana o sea no lo has hecho parte de ti y es seguir el Gran Mandamiento y el segundo. “Amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente”. “Y el segundo es semejante: “Amar a tu prójimo como a ti mismo.”” (Mateo 22: 37,38)


Si tú fueras a vivir según este mandamiento de amor, tu mente y todos tus asuntos estarían centrados en amar a Dios, a tu prójimo y a ti mismo. Se eliminaría de tu mente el sentimiento de escasez porque estarías buscando como tratarte mejor a ti mismo, como tratar mejor a los demás y como tener la mejor relación con Dios. Y todo esto se traduce en servicio, servicio a ti, a tu prójimo y a Dios; y el servicio es dación, y el que da, recibe. Esto es ley fundamental.


La tercera causa de la escasez es la insensatez y la ignorancia; es pensar que todo lo podemos lograr a través de nuestra propia voluntad personal. ¿Cuántas veces hemos tratado de forzar situaciones para obtener un beneficio personal y hemos fracasado? Si queremos salir de una condición de escasez tenemos que reconocer que “por mí mismo nada puedo” que con “Dios todo es posible.” (Mateo 19:26)


Pero desafortunadamente “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura; y no las puede entender.” (1 Corintios 2:14)


El remedio para esta condición es irte a oración y pedir ayuda sincera a Dios y orar por luz y guía, contando y esperando con fe la ayuda de Dios. Tienes que desear conocer y aprender cada día más acerca de la naturaleza de Dios y Sus leyes, educándote más en el conocimiento de Sus leyes universales y cómo operan éstas en tu vida y asuntos.


La cuarta es la debilidad de carácter. Cuando somos débiles de carácter cualquier adversidad nos afecta y nos deprime. Caemos fácilmente en un estado depresivo, negativo, el ánimo se va al suelo, y nos cuesta levantarnos. Comenzamos a pensar en lo que no tenemos, sea esta, falta de dinero, una enfermedad o una relación rota, y a lamentarnos de nuestra presente condición.


El remedio es desarrollar y fortalecer tu fe y confianza en ti mismo y saber que con fe absoluta podrás lograr salir de cualquier condición de escasez. Puedes evitar caer en estados depresivos levantando tu ánimo y afirmando: Esto también pasará. Hoy me levantó como el águila, con nuevas fuerzas a nuevas alturas de abundancia y prosperidad.

La quinta y última causa es el temor al fracaso, porque pensamos que si fracasamos nos va a arropar el infortunio. El miedo está detrás de toda condición de escasez. El que tiene miedo es incapaz de ver a Dios como esa Toda-Suficiencia en todas las cosas. Y el remedio es ver a Dios como lo que Él es realmente.


De mi parte les puedo decir que una de las razones que me han mantenido en este movimiento espiritual es porque me ha enseñado a prosperar verdaderamente y me ha ayudado a sobrellevar momentos en mi vida donde han habido aparente escasez financiera.


Que ha habido altas y bajas en mi vida, claro que sí. Pero he aprendido a sobrellevarlas y me han ayudado a desarrollar más mi fe en Dios.


Que he derramado lágrimas en ciertos momentos críticos en mi vida, ¡claro que sí! así como muchos de ustedes también han derramado sus lágrimas en momentos de desesperación.


Pero una y otra vez he visto el poder de Dios trayendo bendición tras bendición y cada día busco estar más centrado en vivir una vida consciente de la Presencia de Dios.


Una nota adicional, cuando Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” el Cristo fue el que habló por boca del Nazareno. El mensaje del Nazareno es que vayamos al Cristo que está dentro de nosotros que es el que tiene el poder para transformar nuestra condición de escasez en una vida abundante.


Cristo Jesús vive en los éteres espirituales y ciertamente en la atmósfera espiritual de este planeta. Está disponible a todo aquel que desee hacer contacto con Él para ayudarlo a vivir una vida en abundancia.


De manera que si nos mantenemos en fe, todo temor pasará, y nos levantaremos como el águila con más fuerza, más sabiduría, más amor, volando a mayores alturas espirituales.


Pues escrito está que: “… los que esperan en Jehová, tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.” Y al final del día eso es lo que cuenta.


Bendecido eres si sabiendo estas cosas las haces.


Meditemos…


¡Amén!











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